Estos días las bajas temperaturas se han dejado sentir de tal manera que hasta las plantas del jardín cercano a mi casa tenían pedazos de hielo. El rocío mañanero y los remanentes del agua que le lanza un fascinante sistema de riego que, como por arte de magia, brota de la tierra y lanza una pulverización del vital líquido, crearon figuras heladas interesantes y a la vez impresionantes.

Eran imágenes que sólo había visto antes en fotos, en las miles de fotografías que los periodistas tenemos el privilegio de observar y que nos llegan de todo el mundo a cada minuto.

Un día llegó a provocar una sensación gélida de 19 grados, y para un boricua recién llegado, esto es frío en cualquier liga.

Esta algidez contrasta con lo caliente que ha estado el ambiente general en esta zona. La terrible noticia del asesinato por error de la ponceña Janice Zengotita-Torres a manos de sospechosos también puertorriqueños ha dejado sentimientos extraños en miles de boricuas que han hecho de esta zona su casa. Temen que este horrendo crimen lacere el esfuerzo que han labrado para demostrar que la mayoría de los que llega aquí viene a trabajar y a tratar de echar para adelante. Porque aquí las cosas no son fáciles. Disney está aquí, pero esto no es Disney. Aquí todo cuesta y quien crea que llegará a la Florida a vivir del mantengo, se equivoca de lugar.

Janice fue el blanco equivocado de un plan que buscaba secuestrar y matar a la rival sentimental de Ishnar López,  maquillista de 35 años. Para eso, Ishnar habría llegado a un acuerdo con Alexis Ramos -quien se dice es su primo- y la novia de este, Glorianmarie Quiñones. Y aún cuando este dúo se dio cuenta que Janice era la mujer equivocada, la golpearon, asfixiaron hasta morir y hasta extrajeron dinero de su cuenta bancaria disfrazándose como la víctima.

Es un caso que ha sacudido hasta a las autoridades policíacas cuyos integrantes, uno pensaría,  ya están curados de espanto.

Orlando también estuvo caliente con la visita del gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló.  El viernes 12 de enero, en un apasionado mensaje, el mandatario lanzó un golpe al gobierno washingtoniano el cual, según dijo, trata a los puertorriqueños de la Isla como ciudadanos de segunda clase.

Y allí, en un centro cívico de Kissimmee, donde ya no cabía un alma, intentó avivar a los presentes para que se registren para votar contra legisladores, congresistas, alcaldes, gobernadores y todo el que haya tomado acciones que han afectado a los puertorriqueños.

A los boricuas, y a los hispanos en general, casi hay que arrastrarlos fuera de sus casas para que salgan a votar. Así que habrá que ver si esa calentura apasionada que emanó del mensaje de Rosselló tiene eco y logra un efecto.

El frío pasará y llegará el calor infernal floridano.

Las elecciones se efectuarán en agosto y veremos si los boricuas aquí entran a las casetas electorales y cobran conciencia de su poder numérico.

El caso Zengotita-Torres apunta a convertirse en una extensa zaga que, poco a poco, ira develando los intrínsecos y horrendos detalles de un hecho que quebró una familia que llegó aquí pensando encontrar una vida más tranquila y un mejor futuro para sus hijos en la Florida Central

¿Mi Isla? Parece que seguirá en una burbuja fantástica donde sus habitantes aún creen que los mismos que la llevaron al caos, la sacarán del hoyo cenagoso.