Un chantaje contra el pueblo
Chantaje. Tan sencillo como eso.
La amenaza de la Autoridad de Energía Eléctrica de comenzar apagones selectivos si no obtiene un préstamo que le otorgue liquidez es un chantaje de libro.
Primero eran $1,300 millones los que necesitaba. Luego, cuando la jueza Laura Taylor Swain les dijo que no, bajaron a $1,000 millones y ahora, tras la denegación formal de la magistrada, se conforman con los $300 millones que ella misma sugirió como tope.
El asunto es coger chavos para seguir botando. Lo demás son excusas.
Amenazan con suspender el servicio — el pobrísimo servicio— que le dan a la ciudadanía, sobre todo después de cinco meses de lenta recuperación de los destrozos del huracán María.
Amenazan con botar empleados, que son el único activo valioso que tienen.
Amenazan con hacer permanente el estado de caos en el que quedó el pobremente mantenido sistema eléctrico tras el azote de María.
El gobernador Ricardo Rosselló Nevares debe saber que si la AEE cumple sus destempladas amenazas, él no tendrá nada, nada, que buscar en las elecciones de 2020. Ahora mismo está cerca de ese abismo, pero como somos el pueblo del ¡ay, bendito!, todavía habrá gente que quiera darle el beneficio de la duda.
Que tenga cuidado, entonces, con unirse al coro de la AEE, como hizo hoy al colocar sobre el Tesoro de Estados Unidos la responsabilidad si la Autoridad “tiene que” apagar plantas generatrices por falta de dinero. El gobernador alega que el problema radica en que el Tesoro no ha desembolsado los casi $5,000 millones aprobados en octubre por el Congreso y el presidente Donald Trump para Puerto Rico. Lo que no dice es que la demora se debe a la falta de confianza en la voluntad de repago de Puerto Rico.
Para tratar de sobrevivir políticamente, Rosselló tiene que desistir de esa actitud y desautorizar asimismo a los funcionarios y abogados alarmistas que han llegado al extremo de pretender chantajear al pueblo con el miedo a revivir las miles de horas sin luz, o en algunos casos a seguir retrasando el regreso del servicio.
Si permite que la AEE ponga en vigor su nefasto plan, el gobernador se habrá colocado en el lado equivocado, en contra del pueblo.
El país, que tanto ha sufrido en estos largos meses, esta vez no se lo perdonará.