Unidad de papel por la reforma federal
La supuesta postura unitaria del gobierno en torno a la reforma contributiva federal no existe.
Tan pronto regresó a Washington tras la reunión de fin de semana con el gobernador Ricardo Rosselló y los líderes legislativos, la comisionada residente Jenniffer González retomó su propuesta de que el Congreso le otorgue algunas condiciones ventajosas a Puerto Rico, pero no la exención total acordada como posición unitaria.
Así no se puede conseguir nada. La unidad no puede estar solo en el papel. ¿Quién le va a creer a los funcionarios puertorriqueños si dicen una cosa acá y luego se van a Washington a decir lo contrario? Ese es el caso de González, quien lleva un tiempo alejándose de las posiciones oficiales de su jefe político y campeando por sus respetos en la capital federal.
Rosselló aboga por la exención total de los impuestos que tendrían que pagar las corporaciones foráneas que operan en Puerto Rico si se convierte en ley la propuesta congresional, cuyas dos versiones perjudican a la Isla. Pero para el liderato duro –léase Thomas Rivera Schatz y Carlos “Johnny” Méndez–, lo que propone Rosselló perjudica su campaña pro estadidad pues mantiene el “statu quo” que es la autonomía fiscal de Puerto Rico.
Es obvio que González se colocó hace rato en esa línea dura –en dias pasados llevó a los presidentes legislativos a Washington a abogar por el absurdo de la imposición contributiva federal—y le corresponde a Rosselló poner orden en sus filas si quiere mantener su liderato.
Una lectura posible de la situación es que González quiere aprovechar que Rosselló podría haberse debilitado políticamente a consecuencia del lento e ineficiente proceso de recuperación de la electricidad tras el huracán María. Después de todo, este es el primer gobernador elegido con apenas un 41% de los votos, aunque ese resultado esté matizado por el hecho de que en 2016 hubo seis candidatos a la gobernación.
El cargo de comisionado residente en Washington se ha convertido en un trampolín más seguro que la alcaldía de San Juan para saltar a la gobernación. Aníbal Acevedo Vilá, Luis Fortuño y Pedro Pierluisi se postularon para gobernador desde esa silla, los dos primeros con éxito.
La apuesta de González, si es esa, podría estar llegando demasiado pronto. No debe olvidar la expresidenta cameral que no está sola en la ambición de llegar a la gobernación y que faltan tres años para las elecciones de 2020.
Además debería percatarse de que los efectos devastadores de una reforma contributiva federal sobre Puerto Rico después de la debacle del huracán María y del proceso de quiebra bajo el Título 3 de PROMESA que estamos atravesando, van a pasarle factura no solo a Rosselló sino también a su partido, independientemente de quién sea el candidato.
Cuidado, que la ambición nubla la razón.