Se llevó el bate y la bola y dijo que no juega más.

La gobernadora Wanda Vázquez, que perdió ante Pedro Pierluisi en la primaria de agosto por la candidatura a la gobernación, no quiere ni que le mencionen la política.

Será su partido lo que no quiere que le recuerden porque política —mala política— es lo que está haciendo todos los días, sobre todo con esa prisa que le ha entrado por atornillar a sus favorecidos en puestos de larga duración en el Ejecutivo y la judicatura.

Aunque tampoco habría que creerse eso de que “para mi, la política terminó el 16 de agosto” con su derrota primarista. No podemos olvidar que en agosto de 2019 la señora Vázquez dijo reiteradamente que venía a gobernar por el tiempo que quedaba de cuatrienio y después cambió de opinión y se postuló.

A lo mejor todavía hay Wanda Vázquez para rato, aunque seguramente dependerá del resultado electoral. Si Pierluisi pierde, nadie debe dudar que será el pistoletazo de salida para una carrera a empujones por quedarse con el partido.

Vázquez puede estar en esa hipotética lucha porque su revés primarista no le sentó bien y querrá intentarlo de nuevo, apoyada por el ejército de atornillados que le dejará en herencia a quien la sustituya el 2 de enero.

Ella dice que dedicará los últimos meses de este cuatrienio a gobernar. Ojalá, porque los primeros 12 los dedicó a politiquear.

Podrían ser meses de bonanza económica porque se acaban de aprobar $13,000 millones de Fema, en gran medida para recomponer la infraestructura eléctrica. Pero también podría ocurrir lo mismo que pasó con los fondos federales de Medicaid, que tanta falta hacían pero terminaron sobrando $1,000 millones. O con la recuperación de María y con tantas otras tareas inconclusas.

Con las elecciones tan cercanas —solo faltan 45 días para el 3 de noviembre—, la campaña arreciará a pesar del Covid-19 y los continuos contagios en aumento.

Toca a Vázquez proteger a los ciudadanos, garantizando el acceso a las pruebas PCR y realizando rastreos constantes y amplios para controlar los contagios comunitarios.

Haga eso, gobernadora, aunque no haga nada más, y a lo mejor creeremos que su anunciado retiro político no es otro cuento de caminos.