Desprendimiento se ha convertido en la palabra de moda desde que el candidato popular a la gobernación, David Bernier, escogió usarla para sugerirle finamente al presidente cameral Jaime Perelló que se quite del medio.

De eso es que se trata: de que Perelló deje de incomodar al liderato del Partido Popular Democrático a causa de su relación personal y profesional con el empresario y recaudador político Anaudi Hernández, que se declaró culpable de varios cargos de corrupción.

A Perelló no lo han incluido los federales en el grupo de imputados que se han declarado culpables o figuran como acusados en el juicio que comenzó en estos días en el Tribunal de Distrito Federal y que hoy seguía en la etapa de selección del jurado.

Pero eso no lo exculpa. Tampoco lo inculpa, es cierto, pero es un hecho que el presidente cameral tuvo que ir a declarar ante un gran jurado y que se ha probado, fuera de toda duda, que cuando menos es culpable de fallarle al País incurriendo en una muy pobre administración del cuerpo legislativo que preside. Inexcusable siempre, pero más cuando el currículo de uno dice que posee una maestría en administración pública.

Bernier no se atrevió a exigirle la renuncia, al menos no lo hizo públicamente. Si se lo pidió en privado y Perelló rehusó acatar el reclamo del presidente de su partido, entonces el candidato a gobernador debió informarlo al País una vez agotado un tiempo prudente.

Ahora el gobernador Alejandro García Padilla, que no pinta nada porque no se postuló a la reelección y está a punto de concluir su único término en la Fortaleza, tampoco le pide la renuncia a Perelló, pero sí le aconseja desprendimiento.

No sé qué querrá decir la palabra en el diccionario del PPD, pero la Real Academia Española le atribuye varios significados, entre ellos desapego y desasimiento de las cosas, lo que va muy bien con lo que Bernier, García Padilla y muchos otros quieren pedirle y no le piden a Perelló.

Me gusta eso del desasimiento que menciona el diccionario. Pero si Perelló no entendió lo del desprendimiento, con el desasimiento le va a ir peor.

Antes no se estaba con tanto rebuscamiento semántico para estas cosas. Simplemente se pedía la renuncia. A ver si entiende.