No hace mucho volví, esta vez de paseo, por una ciudad que en su tiempo llamé hogar. Estuve por Miami, la ciudad del sol. Allí vive gente buena y humilde. ¿Cómo sé de esto? Viví en Miami por dos años en una ciudad llamada Hollywood muy cerquita de la play donde hay mucha vida diurna y nocturna.

No muy lejos de donde yo vivía hay una pequeña ciudad llamada Opa-Locka donde peculiarmente uno se siente como en Las Mil y Una Noches, con edificios árabes, con domos y minaretes y calles y avenidas con nombres como Sultán, Alí Babá, Sharazad, Alladin y Sésame. La gente que se ve en las calles es variada: blancos, negros, latinos de muchos países de Latinoamérica, orientales, indios y sume y siga. Además de su gran variedad de etnicidad, en Opa Locka, el Islamismo no se consideraba peligroso, pues, Opa Locka es un ejemplo de que esa cultura y su arquitectura y ahora se le quiere excluir.

De regreso a nuestra aventura por Opa Locka, como les venía mencionando, hay una pequeña cafetería llamada “El Bori Café.” Dato curioso, no intente buscarla por sitios turísticos por que no es uno. Es simplemente una cafetería criolla donde mucha gente trabajadora del área va a tomarse su cafecito temprano en la mañana, comerse un buen almuerso (sí, con s y no con z) o simplemente darse una cervesa, también con s, por la tardecita.

Lo de la s y la z lo ví escrito en el anuncio que lo identifica y le sugerí al dueño, Roberto, un boricua de Canóvanas, que lo corrigiera. Me dijo que lo haría, como también me pidió sugerencias para darle un “look” nuevo a su anuncio, terminó corrigiendo su anuncio y quedó súper  nítido.

Allí en la cafetería hay dos chicas que la atienden, Helen, la cubana que Roberto llama, “la Gallega”, que ha corrido el mundo, y otra chica boricua llamada Denisse; ellas le harán pasar un buen rato de diversión con sus ocurrencias. Y si ud toca conga, guiro, pandereta, guitarra o batería, pues, déle que allí hay.

Pensandolo bien y después de haber visto un bembé en El Bori, creo que era mejor la cervesa y el almuerso con s y no con z, porque la gente humilde que allí va, aunque no es lingüista, es auténtica.