Los Mavericks de Dallas en la NBA han logrado un avance espectacular en su división con cuatro victorias consecutivas y en cada una de ellas el boricua José Juan Barea ha jugado un papel importante. Sus dos canastos en los últimos segundos dejaron ‘en el terreno de juego’, tanto a los raptors de Toronto como a los Thunder de Oklahoma City.

Con el tiempo, Barea se ha convertido en uno de los mejores armadores de la NBA porque, además de haber mejorado mucho en su ofensiva anotando, lo ha hecho también haciendo asistencias al punto de hacerse líder en ese departamento tan importante para su equipo. Además, ha demostrado un liderato firme en el juego. Todo esto aun cuando su tiermpo en el tabloncillo todavía no promedia los treinta minutos de partido. Barea se ha acoplado con Yogi Ferrel y estos dos gares de poca estatura han producido en grande para los Mavs especialmente en las postrimerías de los desafíos.

Es obvio que Dallas cuenta con una gran ofensiva aunque también son obvias sus fallas en la defensa. La precisión de Nowitski y Barnes se ha hecho sentir y el progreso de Smith Junior ya es palpable en las anotaciones. Nowitski ha optado por realizar su excelente tiro a distancia DE FRENTE al canasto y no tanto de espaldas lo que ha resultado productivo para los Mavericks. La presencia de Barea en la cancha mejora grandemente el ataque de los texanos y es rara la vez que los pupilos de Carlisle quedan por debajo de los 100 puntos.

Este año no se ha visto un equipo dominante en la NBA y aunque la cuesta hacia los playoffs sigue empinada para los Mavs la verdad es que José Juan ha puesto a gozar la fanaticada de Dallas a la vez que nos ha puesto a gozar a los boricuas.

Desfavorece en algo el que los mejores equipos de la NBA compiten en la Conferencia del Este a excepción de Golden State y Houston. Ahora mismo el equipo de Dallas con record de 13 y 25 está a 6 juegos del tercer lugar que en el sur oeste lo ocupa New Orleans con 18 y 18. Como verán es cierto que se ve la luz al final del túnel, pero que esa luz todavía está muy lejos.