¡Goooooooool!Gol – gol – gol.

La primera vezque oí ese grito grosso creí que había ocurrido un accidente fatal en lasgradas o en el terreno de juego.

Se trata de laseñal inequívoca que marca la llegada del año del Mundial de Fútbol, o sea delfútbol de los pobres, popularizado precisamente en aquellos países tercermundistas que, por su limitado Producto Nacional Bruto (PNB), no puedenfomentar aquel otro que requiere una indumentaria protectora costosísima.

Cuestionándole aun ‘coach’ y maestro argentino sobre ese exagerado esgalillamiento de unnarrador en la jugada de anotación, me aseguró que en un deporte en el quehuelgan las anotaciones y proliferan los cero a cero, el lance anotador liberaun megatón de emociones que obviamente culmina con el equivalente a un do depecho operático. Comprenderán lo que siente ese profesional que lleva una hora narrando patadas, cabezazos y losconsabidos peligros.  ¿Entendido?

No tan entendidofue el mordisco que un astro como el uruguayo Luis Suárez le endilgó alitaliano Chiellini en pleno pecho izquierdo; pecho plano, captado por lascámaras de la televisión como algo espectacular. La cara del ultrajado dabarisa pero no así el exabrupto vampiresco de un hombre supuestamente cuerdosobre otro en el más expuesto de todos los escenarios. Ni hablar del mal gusto.

La FIFA no tardómucho en condenar y castigar este pecado contra natura suspendiendo al mejorfutbolista de la selección uruguaya, suspensión que a la postre significó laeliminación de la República Oriental del Campeonato Mundial. Los ‘hinchas’uruguayos, empeñados en despachar el asunto como una solemne pendejada,protestaron la decisión de la FIFA y aunque creí y creo completamentedesacertadas sus justificaciones entendí que no hay mucho cacumen racional quebuscar en un ‘fanático’.

Ningún deportenecesita de estos desmanes que son pura mala publicidad y un mal ejemplo cuandovienen de jugadores talentosos como es el caso de Suárez. El balonceslistaDennis Rodman fue uno de esos cuya conducta dentro y fuera del tabloncillo dela NBA ha desmerecido al baloncesto y más aún a su nación.

El soccer es undeporte que combina mucho ejercicio  conrecreación y uno ideal para la la niñez. Como espectáculo ha tenido quecompetir con otros como el baloncesto, el football americano y uno menosespectacular como el béisbol pero profundamente arraigado en la culturanorteamericana. Ayudó a la difusión de este ‘fútbol’ el factor económico yaque, 22 atletas jugaban con un balón, dos porterías y poca parafernalia protectora.

A pesar detratarse de un deporte de pocas anotaciones, proliferan las combinaciones depatadas que se disfrutan aquellos fanáticos que conocen los fundamentos deljuego y especulan sobre como interactúan estrategias y tácticas en el campoverde.

Dos factorespropician el que se logren pocos goles: el portero y la regla del ‘offside’. Ypor eso mismo abundan los empates que se definen con el odioso penal.

No importaporque: cero a cero, no hay grito que compare con el de !GOOOOOOOOOOOL!