Rick Pitino se equivocó cuando dijo haberse asustado por la estatura de los canasteros brasileños. Alguien le debió haber advertido que todos eran trespuntistas.

Quizás, de saberlo, un buen ‘coach’ como Pitino lo hubiera pensado dos veces antes de jugarle una defensa de zona (aún preseando) a un equipo con tantos tiradores excelentes. Pero hasta aquí lo podemos excusar. Pero no le podemos perdonar que no captara lo que era obvio, porque a los cinco minutos del primer parcial, Pitino y los miles de televidentes tenían que saber que Puerto Rico le estaba auspiciando una práctica de tiro a Brasil.

No digo que a lo mejor hubiésemos ganado el partido si los gardeáramos hombre a hombre, pero ciertamente era mandatorio cambiar la zona y así evitar que tanta gente apagara el televisor después de la primera mitad. Voy más lejos al decir que habiendo perdido por 40 la primera mitad , yo Pitino, hubiera intentado gardearlos hombre a hombre  en la segunda y así practicar la defensa clásica individual que obliga al adversario a tirar presionado. Porque los tiros de tres de los Cariocas en ese primer parcial fueron CÓMODOS.

Y usted puede sumar y restar estrategias y tácticas, pero el mayor enemigo de las zonas es el bombazo y aunque usted presione en zona por toda la cancha, si el equipo que maneja el balón no lo pierde en un pase malo, alguien va a quedar libre para un tiro abierto. Y eso fue lo que pasó. NOS ACRIBILLARON.

Rick Pitino es un buen dirigente, pero alguien tiene que decirle que SE EQUIVOCÓ. Porque claro, lo más fácil es explicar la paliza diciendo que nuestro equipo no sirve. Y como es tan fácil convencer al puertorriqueño que no sirve… ya usted sabe. Sobre la potencia de  Brasil, esperemos a ver si son tan buenos cuando jueguen contra la buena defensa individual de Venezuela.