Privacidad e Internet: Una Píldora Dorada
Todos los días frecuentemente abrimos el browser desde nuestras computadoras y celulares. Navegamos a través de nuestras redes sociales, las páginas de recetas para intentar cocinar algo chévere, la versión digital de los periódicos, vemos videos y hasta películas, entre tantas otras cosas… ¿Sabía usted que su historial de navegación está a la venta?
Sepa usted que el Congreso de los Estados Unidos la semana pasada votó a favor de que los proveedores de servicio de Internet (ISPs por sus siglas en inglés) puedan vender su historial de navegación sin su consentimiento. No doremos la píldora: la privacidad en el Internet no existe; lo que siempre hemos tenido es la expectativa de que nuestra privacidad es respetada.
Lamentablemente estas nuevas reglas abren las puertas a que los ISPs puedan recolectar información sensitiva o confidencial, tales como: información financiera, información relacionada a su salud, información relacionada a su entorno familiar. ¿Por qué esto importa? Pues, sucede que con esta información se es capaz de poder trazar un mapa desde su casa hasta donde usted lleva a sus hijos a estudiar. Con esta información se es capaz de saber en qué gasta su dinero. Con esta información se es capaz de conocer hasta sus intimidades. Y todo esto con el propósito de lucro para el mejor postor. Si bien es cierto que páginas como Facebook monitorean cada movimiento que usted realiza dentro de su servicio con el mismo propósito, la diferencia es clara: usted puede dejar de utilizar dicha página o servicio cuando quiera y ya no lo podrán monitorear. En cambio, el ISP tiene la capacidad de monitorear cada página que usted visita, pues obligatoriamente su conexión depende de estar conectado a través de ellos.
La pregunta obligada es, ¿qué se puede hacer al respecto? Si bien es cierto que nuestra expectativa de privacidad se ha reducido significativamente, no todo está perdido. Su ISP le tiene que permitir hacer opt-out (a diferencia del modelo previo, que era opt-in) para que sus datos no sean vendidos. Esto no necesariamente es una garantía de que no vendan sus datos, pero es un comienzo. Lo próximo que puede hacer si aprecia su privacidad es utilizar un Virtual Private Network (VPN). Un VPN, de forma simplificada, es una red privada por la cual todo su tráfico pasa antes de dirigirse a su destino final (que en el caso más común será una página web). Otra opción es utilizar la red Tor; esta red está diseñada para que el tráfico esté encriptado durante su trayecto a través de una serie de relays hasta llegar a su destino final. O inclusive puede hasta usar una combinación de VPN y Tor; cada estrategia tiene sus ventajas y desventajas. Lo que no tiene ningún efecto es utilizar una sesión privada (Incognito); esto solo evita que se guarde en su dispositivo, pero el tráfico sigue siendo transparente para el ISP. Así que como diría el personaje de Dos Equis: “Browse safe, my friends.”.