La epístola que no fue
Dice el refrán que nunca es tarde si la dicha es buena. Por tal motivo, celebro que el Gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, le envíe una epístola al Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Kin-moon. Más que por el contenido de la misiva, lo celebro por el acto de la carta pública y directamente al Secretario General de la ONU. En diplomacia, las acciones y los gestos manifiestan y comprometen. En este caso, el envío de la carta reconoce explícitamente el problema colonial de Puerto Rico y la jurisdicción de la ONU sobre la colonia norteamericana de Puerto Rico.
Lo primero que resalta de la carta es que está escrita en inglés, cuando el protocolo internacional dicta que sea en español, por lo que más que una carta dirigida al Secretario General de la ONU parece ser una carta con más destinatarios. No hay duda de que la carta fue escrita para los norteamericanos como una forma adicional de presión ante el problema de la deuda puertorriqueña. Los duplicados de la carta a funcionarios norteamericanos así lo demuestran. Igualmente, la carta no tiene sello oficial, lo que es contrario a las prácticas internacionales, y, además, todas las páginas están iniciadas como si se tratara de un contrato o un documento legal. Es evidente que quiénes la redactaron y el que firmó son abogados. Por ello se explica los errores que contiene en referencia al Derecho Internacional Público y el Derecho de Descolonización.
Todas las referencias y memorandos a los que la carta hace referencia para justificar el carácter no colonial de Puerto Rico luego de la proclamación del Estado Libre Asociado el 25 de julio de 1952 fueron anteriores al desarrollo y la consolidación del Derecho de Descolonización, por lo que no pueden ser utilizados como argumentos por anteceder a lo que se pretende justificar. Son argumentos esbozados cuando había un vacío del Derecho de Descolonización. En otras palabras, los argumentos que se elaboran fueron posibles pues existía una ausencia de legislación internacional que lo refutara. Es como si se utilizaran argumentos para justificar la esclavitud que fueron anteriores a la legislación internacional que hoy prohíbe esa aberración. Así es el Derecho Internacional Público, y Ban Kin-moon lo sabe bien. En fin, en la carta se presenta una justificación o argumentación que es anterior a la aparición del Derecho de Descolonización, por lo que queda atrás y es contraria a Derecho.
Más grave aún es elevar la resolución de la ONU 748 (VIII) del 27 de noviembre de 1953, que es anterior al Derecho de Descolonización, a una declaración que manifiesta el carácter no colonial y de “gobierno propio” del Estado Libre Asociado, cuando en realidad tenía como único objetivo el relevar a los Estados Unidos de presentar informes a la ONU sobre Puerto Rico. Es interesante que se repita reiteradamente en la carta los conceptos de “gobierno propio” o el de “atributos de soberanía” cuando son anteriores al Derecho de Descolonización y precisamente existieron por el vacío legal del momento.
En la carta el Gobernador informa a la ONU que el 23 de diciembre de 2015 los Estados Unidos dio marcha atrás al argumento de que Puerto Rico no es una colonia norteamericana, tras una declaración más de otro funcionario norteamericano, a la que estamos acostumbrados escuchar. Entiendo que nadie puede retractarse de lo que no fue o se pretendió ser sin serlo.
La carta del Gobernador al Secretario General de la ONU, que en su desarrollo crea la expectación de una declaración contundente o un reclamo de acción por parte de la ONU, lo que hubiese sido histórico, se convierte al final en una gran decepción de lo que se pudo decir y exigir pero, como siempre, al final falta la valentía y el arrojo. A mi entender la mejor respuesta que puede dar Bin Kin-moon al Gobernador es; “Gobernador, ¿qué piensa hacer usted?”