Turisteando
El turismo debe ser un pilar socioeconómico de nuestro desarrollo. Hemos sido incapaces de desarrollar una industria que pueda generar los empleos y la riqueza que urgentemente necesitamos. Las causas para la debilidad y fragilidad del sector deben ser evidentes para todos, lo que permitirá seguir el camino del progreso y enfrentar con valentía política los cambios profundos que son necesarios para optimizar nuestra competitividad.
Históricamente los responsables del sector han basado sus políticas en la oferta de sol y playa, con una ausencia de investigación que demarque su desarrollo. Ciertamente el sol y playa deben ser un atractivo más, pero la estrategia turística puertorriqueña debe estar cimentada en nuestra cultura nacional.
Si los puertorriqueños no conocen ni valoran su cultura nacional, es imposible desarrollar una estrategia coherente y atractiva que nos diferencie de otros destinos. Se añade a esta limitación la carencia de profesionales del sector que conozcan la industria en toda su dimensión y complejidad como un pilar de desarrollo socioeconómico sustentable.
Por otro lado, el hecho de que Puerto Rico no controle su inmigración es además otra vetusta limitación. Los puertorriqueños no podemos decidir quién entra en nuestro propio País. Las políticas de visado turístico de los Estados Unidos son restrictivas y limitantes, lo que impide el desarrollo turístico puertorriqueño. Debemos los puertorriqueños asumir la responsabilidad de la inmigración para lograr una mayor flexibilidad y facilidad para otorgar visados turísticos, o eximir de visado a potenciales turistas de mercados emergentes. Igualmente, es necesario que tengamos un servicio de inmigración y aduana las 24 horas en nuestros aeropuertos y puertos marítimos internacionales, para por ejemplo poder recibir vuelos internacionales en la madrugada.
El control del espacio aéreo puertorriqueño, y la regulación de la transportación aérea y marítima, deben ser otros de los poderes soberanos que debemos asumir los puertorriqueños si queremos convertirnos en una potencia turística del Caribe. Ese poder nos permitirá abrir nuestro espacio aéreo a un número mayor de líneas aéreas del mundo bajo condiciones favorables y flexibles.
No tengo la menor duda que la industria turística será una de nuestras principales actividades económicas en el Puerto Rico que todos soñamos y merecemos.