¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Quien dice que nunca ha exclamado esta frase de frustración al menos una vez en su vida es que miente, porque todos sabemos que nadie se libra de esos momentos de impotencia que nos tocan vivir muchas veces. Todos hemos cuestionado lo que nos sucede y que entendemos hasta como un un castigo que no merecemos. Y nuevamente les digo, mis amigos mágicos, lo decimos gentes de todas las nacionalidades, culturas, edades, esatus social y creencias religiosas. Ateos incluidos.
¿Que he hecho yo para merecer esto? Es una queja clásica que dirigimos al Universo cuando nos sentimos abandonados a nuestra propia suerte. “¡Resuelve como puedas! , nos dicen. “¡Uff!”. Es mas fácil decirlo que hacerlo. Pero les tengo algo que puede que no le guste a la mayoría pero es la base de este problema: ¡son unos quejosos aunque todo les vaya bien!
Frustrada de escucharse a sí misma molesta por todo y de escuchar los lamentos de otras personas que la llegaban a desesperar, la sicóloga social Robin Kowalski investigó a fondo esta fea costumbre tan extendida en el mundo y descubrió sus causas y consecuencias:
- Las parejas que se quejan frecuentemente aunque no sea sobre su relación en sî o sobre la otra persona, por lo general terminan separåndose o viviendo un auténtico infierno. Las quejas continuas entre parejas provocan sentimientos e interacciones negativas.
- Las personas que se quejan constantmente no parecen encontrar alivio alguno; siempre hay algo que las molestan aunque busquen ayuda profesional o a un amigo que las escuche con interés de ayudarlas.
- La mayoría de las personas que se quejan se sienten peor si quienes las escuchan no están de acuerdo con ellos o si éstas no expresan opinión alguna sobre lo que les estan contando. ¡Y es que ya se han dado cuenta de que estos ”quejicas profesionales”: NO quieren ayuda porque lo que las motiva es atraer la atención con sus tragedias.
- La mayoría de los que se quejan siempre, también son rápidos para quejarse de los demás.
- Las mujeres se quejan mas que los hombres, pero la diferencia no es mucha. Incluso, los hombres pueden llegar a ser mas obsesivos con sus quejas que las mujeres.
- Por el contrario, las personas que se quejan con menos frecuenca se sienten mejor después de desahogarse porque sienten que se han quitado un peso de encima.
Y dime: ¿en cual de los dos grupos estás tu?
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