La leyenda urbana que se niega a morir
La leyenda urbana mas extendida por el mundo es básicamente la misma, aunque se conozca por diversos nombres: la dama de blanco, la dama de negro, la llorona, la chica del baile o el(la) autostopista (hitch-hiker). Leyenda al fin, no tiene un origen definido aunque en todo país se cuente de generación en generación. Es tal la fascinación que ejerce esta historia en la imaginación de quienes la escuchan que difícilmente se extinga. No existe experimento científico que la confirme ni que la desmienta. Y, por supuesto, las personas que la han vivido no dudan de su realismo. Por eso esta leyenda sobrevive.
La versión mas difundida de esta historia de ultratumba es la siguiente: en una oscura noche un conductor divisa en la orilla de la carretera a una joven vestida de blanco o negro (a veces va de novia y otras de luto), que aparece de la nada y le hace señas para que la ayude. El conductor se detiene a recogerla y ella se sienta en la parte trasera del automóvil. Transcurrido un tiempo en absoluto silencio y con el vehículo siempre en marcha, el conductor mira por el espejo retrovisor y, para su sorpresa, comprueba que la chica ya no esta. Acto seguido, el viajero indaga sobre la misteriosa joven en un pueblo cercano y es cuando se entera de que la descripción coincide con la de una mujer que murió en un trágico accidente justo en el lugar donde la recogió. Muchas veces aluden a una novia que murió el dia de su boda (vestida de blanco), o a su novio (vestida de luto), en el mismo lugar.
Es posible que nuestros lectores también hayan escuchado las tres variantes mas difundidas de esta leyenda urbana, que son: 1. El conductor o conductora divisa a una persona (generalmente del sexo opuesto), que camina por la carretera oscura y solitaria; 2. El conductor cree que ha atropellado a un caminante que repentinamente se le ha cruzado en la carretera. Cuando detiene su automóvil para socorrerlo no encuentra a nadie por aquel solitario paraje; y 3. El conductor es detenido por la aparición justo en un punto de la carretera donde se han producido asesinatos o accidentes mortales.
El propósito de estas apariciones también varia. Hay veces en que la extraña dama o caminante aparece para alertar al conductor sobre una curva mortal o un puente roto cercano en el que precisamente murió. Pasado el susto, el conductor describe con detalles su experiencia con la aparición a la que debe su vida. En otras ocasiones se produce un accidente mortal y los habitantes de la zona se lo atribuyen a la aparición del espectro que, según ellos, busca vengarse del accidente que le ha quitado la vida.
La pregunta es si podemos extraer hechos reales de la leyenda. Se dice que al año de producirse un accidente mortal en una determinada localidad comienzan a surgir rumores sobre la aparición de la persona que murió allí. La razón señalada es para alertar a los conductores del terrible peligro que puso fin a su vida. Para saber si la aparición es real hay que identificar correctamente a la persona fallecida y, obviamente, el incidente le tiene que ocurrir a alguien que desconozca la historia y no este prejuiciado al momento de vivir esa experiencia. Si conoce la leyenda y va conduciendo por dicha carretera es probable que su mente le juegue un truco y lo que vea sea una Fata Morgana (un espejismo, en términos esotéricos).
Estas leyendas también relatan visiones de personas que vivieron hace siglos en esas localidades. Se trata de fantasmas (phantoms), o formas de energía atrapadas en el paisaje como hologramas. No son entidades con conciencia. Son imágenes con las que nos podemos tropezar en cualquier paraje o recinto.
A pesar de que la leyenda de la Dama de Blanco circula desde hace siglos y ha variado según han evolucionado los medios de transporte (de carruajes de caballos a automóviles), lo cierto es que no hay señales de que muera. Invitamos a los lectores que hayan tenido esta experiencia a compartirla. ¡Aquí estamos para aprender y evolucionar!
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