La insurrección digital en las redes
Mucho se ha comentado en los pasados días sobre la suspensión de las cuentas del presidente Trump en las diferentes plataformas de redes sociales. Esta acción surge como consecuencia de los ataques por parte de sus seguidores al Capitolio de los Estados Unidos el pasado miércoles, 6 de enero de 2021. Diferentes puntos de vistas han abarrotado la opinión pública con estas censuras. Se debate si fue justo censurar o no dicha acción y si atentó contra la libertad de expresión. La discusión apenas comienza.
Si realizamos una búsqueda sobre las luchas de poderes entre el presidente y las empresas propietarias de las plataformas de redes sociales, encontraremos que en mayo de 2020, la Casa Blanca anunció la firma de una orden ejecutiva que busca la prevención de la censura en línea. A juicio de los conocedores de los derechos digitales en las redes sociales, fue una estocada clara a estas empresas y una confrontación directa entre las partes. En esa ocasión se incrementó la lucha mediática entre las Big Tech de Social Media y el presidente. Esa orden expuso que las plataformas Twitter, Facebook, Instagram y YouTube ejercen un poder inmenso, sino sin precedentes, para dar forma a la interpretación de los eventos públicos, censurar, borrar o desaparecer información y controlar lo que la gente ve o no ve.
A través de los años, hemos observado como diferentes Gobiernos, unos de manera sigilosa y otros de forma abierta han censurado a sus ciudadanos en Internet. Pero también hemos visto cómo la ciudadanía se ha levantado contra el Estado en diferentes revueltas convocadas a través de las redes sociales como las ocurridas durante la primavera árabe.
Pero el caso del presidente Trump ha llamado mucho la atención a la comunidad internacional por el momento histórico en que nos encontramos. Estamos en medio de un proceso donde un presidente es derrotado y no lo acepta, hay una transferencia de poder en curso, y durante los pasados años reinó la desinformación y el discurso de odio hacia diferentes sectores de la sociedad.
Diferentes organizaciones se han expresado sobre el tema de la censura del mandatario. Según un comunicado emitido por la Electronic Frontier Foundation (EFF) el pasado jueves, 7 de enero de 2021, en su portal de Internet, estos indican “que las decisiones de Twitter, Facebook, Instagram, Snapchat y otros de suspender y / o bloquear las comunicaciones del presidente Trump a través de sus plataformas es un simple ejercicio de sus derechos, bajo la Primera Enmienda y la Sección 230, para curar sus sitios”.
Esto es solo el comienzo de grandes batallas legales para definir la libertad de expresión en el contexto del uso de las redes sociales. Debatiendo planteamientos relacionados con la censura en la red de acuerdo con el ordenamiento jurídico de cada país, lo que complica aún más el escenario.
Por eso es importante que cuando interesemos formar parte de una red social, aunque no es una práctica común por parte del usuario, procedamos con la revisión de los términos y condiciones de su uso. Como dicen los amigos del portal DerechosDigitales.org en su campaña de orientación en Twitter utilizando el #TwitterSaludable, “los discursos de odio no son libertad de expresión” y “la libertad de expresión debe ayudarnos a construir las diferencias, asegurando que todos podamos ser parte de las conversaciones públicas, pues busca enriquecer nuestras experiencias”.
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