Más temprano de lo que se pensaba altos líderes del Partido Republicano de Estados Unidos cierran filas con el expresidente Donald Trump.

En el caucus de la minoría de la Cámara de Representantes, su liderato, con el apoyo de Trump intenta desbancar de la presidencia de la Conferencia Republicana – el tercer puesto en jerarquía y desde el cual se comunica la agenda del caucus-, a la congresista Liz Cheney (Arizona), por sus críticas al expresidente y negarse a validar la mentira de que Joe Biden ganó la Casa Blanca gracias a un fraude electoral.

Por Cheney rechazar las alegaciones de Trump de que la elección de Biden fue fraudulenta, líderes republicanos, encabezados por el portavoz de la minoría cameral, Kevin McCarthy, y el portavoz adjunto, Steve Scalise, quieren marginar a la hija del exvicepresidente de Estados Unidos Richard Cheney.

La alternativa para los republicanos pro Trump sería la congresista Elise Stefanik (Nueva York), claramente menos conservadora que Cheney, pero quien, desde el punto de vista de líderes camerales del Grand Old Party (GOP), tiene la virtud de que se ha convertido en una aliada del expresidente de Estados Unidos.

La elección interna en la conferencia republicana en la que se puede buscar reemplazar a Cheney puede tener lugar el miércoles.

Stefanik – a quien el expresidente de la Junta de Supervisión Fiscal José Carrión le recauda fondos -, ha respaldado los más recientes proyectos pro estadidad que impulsa el Partido Nuevo Progresista (PNP), incluido el 1522 preentado por el demócrata Darren Soto (Florida) y la comisionada Jenniffer González, quien es parte de la conferencia republicana.

El viernes, su portavoz no respondió si Stefanik  querrá utilizar esa plataforma para avanzar la causa de los estadistas de la isla, la cual rechaza tajantemente el expresidente Trump.

Diferir de Trump es un riesgo dentro del liderato cameral del Grand Old Party (GOP).

En una entrevista con el presentador de la cadena Fox Sean Hannity, uno de los acólitos de Trump en la cadena Fox, el senador republicano Lindsey Graham (Carolina del Sur) hizo una advertencia a sus colegas: “¿Podemos avanzar sin el presidente Trump? La respuesta es que no”.

Trump se ha propuesto además derrotar a Cheney en primarias en 2022. La congresista, en un artículo de opinión publicado el miércoles en The Washington Post, indicó que “el Partido Republicano está en un punto de inflexión y los republicanos deben decidir si elegiremos la verdad y la fidelidad a la Constitución “.

Para los republicanos de la Isla, la rapidez con la cual Trump retiene el control del Partido Republicano – solo cuatro meses después del acto de insurrección contra el Congreso que provocó un segundo juicio político en su contra – son malas noticias.

El gobierno de Trump no solo rechazó la estadidad para Puerto Rico, sino que se encargó de frenar e imponer restricciones en la ayuda de emergencia en la Isla, como corroboró un informe de la Oficina del Inspector General del Departamento de Vivienda federal.

La comisionada González,  después de apoyar a Trump como presidente, descartó volver a respaldarlo por considerar, como los demócratas y un pequeño grupo de republicanos, que incitó al acto de insurrección contra el Congreso del pasado 6 de enero.

Aunque sigue en el caucus republicano de la Cámara baja, González renunció el pasado jueves a la presidencia del Partido Republicano de Estados Unidos en Puerto Rico, justo cuando reviven las pugnas internas en su delegación cameral.

La dimisión libera a la comisionada González de los procesos internos del Partido Republicano de Estados Unidos. Pero, no de los debates en el caucus republicano de la Cámara baja.

Su primera prueba es el miércoles, cuando puede tener que decidir si vota por la candidata que defiende a Trump, que a su vez respalda la estadidad para Puerto Rico, o a la que ha rehusado sumarse a las alegaciones de fraude electroral que tribunales y juntas electorales rechazaron contundentemente.

En Twitter, el congresista republicano Adam Kinzinger (Illinois), quien votó a favor del segundo juicio político contra Trump en enero pasado y quien respalda a Cheney, afirmó que los miembros de su caucus deben decir en récord por quien votarán el miércoles y que los donantes “deben tomar nota”.

A ver quiénes dentro de ese caucus optan por la transparencia y la rendición de cuentas en esa importante votación sobre el futuro del Partido Republicano.