El mensaje de Obama sobre Puerto Rico
Después de su gobierno fundamentar ante el Tribunal Supremo de EEUU y el Congreso la naturaleza colonial de Puerto Rico, en su mensaje radiofónico del pasado sábado el presidente Barack Obama tiene que haber dejado aturdidos a muchos con algunas de sus expresiones.
Al aludir a la junta federal de control fiscal que impone el proyecto 5278 de la Cámara de Representantes, el presidente Obama sostuvo que – además de abrir la posibilidad de impulsar procesos de reestructuración de la deuda pública-, esa nueva autoridad ayudará a “implementar las reformas necesarias y asegurar la transparencia”.
Hasta ahí todo claro.
Pero, luego indicó: “Entiendo que algunos en Puerto Rico están preocupados con este tipo de supervisión. Pero siempre insistí que cualquier solución a esta crisis debe respetar los derechos democráticos del pueblo de Puerto Rico. Y me comprometo a asegurar que los puertorriqueños estén bien representados en este proceso, de modo que podamos estar seguros de tomar las medidas que mejor le sirvan a la isla”.
Por un lado, sin embargo, el Departamento del Tesoro respaldó una junta de control fiscal como la que propone el 5278.
Por el otro, el nombramiento de más puertorriqueños a la junta – adicional al que la ley obliga a nombrar del listado que presente el speaker Paul Ryan-, no subsana el hecho de que la legislación crea una nueva autoridad por encima del gobierno de la Isla, que ha representado el último nivel de funcionarios electos por el pueblo.
En Puerto Rico no se vota ni por el presidente de EEUU ni por los congresistas que imponen la junta.
Además, el presidente Obama dijo que “no la damos la espalda a nuestros ciudadanos. No los tratamos diferente en base al lugar en donde viven”.
Pero, el sistema constitucional estadounidense ha estado basado en tratar a los residentes de los territorios de forma diferente. No tienen representación con derecho al voto en el Congreso, no votan por el presidente de EEUU ni tienen acceso igual a los programas federales. En Samoa americana no tiene derecho a la ciudadanía estadounidense.
Dependientes del Congreso, pues tampoco disfrutan de los beneficios de un país soberano.
“No cabe duda de que estos son momentos difíciles para la gente de Puerto Rico. Ya han visto a muchos empleos desaparecer y a muchos vecinos irse en búsqueda de mejores oportunidades en otros lugares. Queda claro que es hora de que Puerto Rico marque un nuevo curso y vuelva a empezar. Esta legislación es solamente el primer paso”, dijo también el presidente Obama.
¿Próximos pasos? “Todos tenemos que trabajar más para asegurar que el pueblo de Puerto Rico reciba la atención de salud que merece y los buenos empleos y oportunidades económicas que necesitan para construir un futuro mejor para sus hijos”, indicó.
Con la junta rigiendo sobre el gobierno de la Isla en los próximos años, de la esperanza de resolver el debate del status político – pese a las obvias contradicciones de su mensaje-, seguramente pensó que no tenía nada que abundar.
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Aquí el mensaje :
Comentarios del Presidente Barack Obama
Mensaje semanal
La Casa Blanca
11 de junio de 2016
Hola a todos. Hoy quiero hablar con ustedes sobre la crisis en Puerto Rico y por qué es importante para todos nosotros.
Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses, igual que los de Maine o los de Oklahoma o Nuevo Mexico. Y en la última década, Puerto Rico ha sufrido una recesión profunda y dolorosa, pero a diferencia del resto de Estados Unidos, no se ha recuperado.
Hoy, la isla continúa enfrentando una crisis económica devastadora. Se están cerrando escuelas. Se está cortando la electricidad en los hogares y los hospitales. Los maestros tienen que elegir entre encender las luces o encender las computadoras. Los médicos no pueden conseguir medicamentos para tratar a los recién nacidos a menos que paguen con dinero en efectivo. Y mientras el virus del Zika amenaza tanto a la isla como al territorio continental, los trabajadores que realizan el control de mosquitos para ayudar a proteger a las mujeres y a los bebés en gestación, corren riesgo de ser despedidos.
En este momento, Puerto Rico está gastando cerca de un tercio de sus ingresos de impuestos en el pago de deudas, mucho más que en ningún otro lado en Estados Unidos. Y el 1 de julio, la isla enfrentará otros pagos de deudas que no puede pagar por un monto de $2 mil millones.
Existe solo una manera para que Puerto Rico salga de esta crisis y eso se puede realizar reestructurando su deuda y encontrando una vía fiscal sostenible encaminada al crecimiento y las oportunidades para su gente. Pero el problema es este: En este momento Puerto Rico no cuenta con las herramientas necesarias para reestructurar su deuda, herramientas disponibles en otros lugares en Estados Unidos.
Y solamente el Congreso puede arreglar este problema y colocar a Puerto Rico en camino a una recuperación.
Afortunadamente esta semana, la Cámara de Representantes aprobó abrumadoramente legislación bipartidista para atender esta crisis e ahora insto al Senado que haga lo mismo con prontitud. Esta legislación no les costará un centavo a los contribuyentes federales. No incluye rescates financieros dirigidos a intereses especiales. Y le ofrece a Puerto Rico la capacidad de reestructurar su deuda, proteger los servicios esenciales y proveer protecciones importantes a las pensiones públicas de las que dependen más de 300,000 personas para jubilarse con dignidad.
Esta legislación también incluye algo más, una junta de supervisión para ayudar a implementar las reformas necesarias y asegurar la transparencia. Entiendo que algunos en Puerto Rico están preocupados con este tipo de supervisión. Pero siempre insistí que cualquier solución a esta crisis debe respetar los derechos democráticos del pueblo de Puerto Rico. Y me comprometo a asegurar que los puertorriqueños estén bien representados en este proceso, de modo que podamos estar seguros de tomar las medidas que mejor le sirvan a la isla.
Esta legislación no es una solución perfecta, nadie dice eso. Es lo que sucede en un gobierno dividido. Pero es la única opción disponible para salvar a Puerto Rico de una caída descontrolada. Y es exactamente eso lo que puede suceder si el Congreso no hace su trabajo.
No cabe duda de que estos son momentos difíciles para la gente de Puerto Rico. Ya han visto a muchos empleos desaparecer y a muchos vecinos irse en búsqueda de mejores oportunidades en otros lugares. Queda claro que es hora de que Puerto Rico marque un nuevo curso y vuelva a empezar. Esta legislación es solamente el primer paso.
Todos tenemos que trabajar más para asegurar que el pueblo de Puerto Rico reciba la atención de salud que merece y los buenos empleos y oportunidades económicas que necesitan para construir un futuro mejor para sus hijos. Y quiero que el pueblo de Puerto Rico sepa que mi administración está comprometida con su éxito porque son una parte vital del éxito de Estados Unidos.
De eso se trata. No le damos la espalda a nuestros ciudadanos. No los tratamos diferente en base al lugar en donde viven. En cambio, nos tratamos mutuamente como estadounidenses. Nos unimos, en especial cuando las cosas son difíciles. Así es como siempre nos posicionamos en camino hacia un futuro brillante.
Gracias a todos y que tengan un buen fin de semana.
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