La primera guerra del presidente Trump
En su discurso inaugural, el presidente Donald Trump anunció que su política pública estará centrada en el nacionalismo y el proteccionismo. “Estados Unidos, primero”, dijo, será la base de su gobierno.
La primera guerra como presidente estadounidense se la ha declarado al periodismo independiente.
Los constantes ataques que hizo durante su campaña electoral a la “prensa deshonesta” – es decir, a la que le fiscaliza-, habían quedado fuera del discurso de su investidura como el presidente número 45 de EEUU, pero se hicieron muy presentes cuando los medios debatían el tamaño de la multitud que la presenció.
Es un hecho que cientos de miles asistieron a su toma de posesión. Pero, fue evidente que no fue una cantidad comparable con la primera inauguración del presidente Barack Obama.
En momentos en que los medios y las redes sociales analizaban las dos multitudes y otros cientos de miles llenaban las calles de Washington D.C. para expresarse en su contra, el presidente Trump volvió a retomar – en un evento el sábado en la oficina de la CIA-, el tema de su campaña que dejó fuera de su mensaje inaugural.
“La razón por la cual ustedes son mi primera parada es que, como saben, mantengo una guerra con los medios. Son de los seres humanos más deshonestos de la Tierra. (Risas y aplausos). Y dieron la impresión de que en alguna manera tuviera una pelea con la comunidad de inteligencia. La razón por la que esta es la primera parada, es porque es exactamente lo contrario”, dijo Trump, de acuerdo a la transcripción oficial.
El presidente de EEUU, sin embargo, se refería a las críticas que él mismo hizo a las “agencias de inteligencia” por entender que permitieron filtrar un documento sobre alegaciones de que el gobierno de Rusia tenía información personal escandalosa. “Un último golpe a mí. ¿Estamos viviendo en la Alemania Nazi?”, tuiteó Trump el pasado 11 de enero.
Trump utilizó el mensaje en la CIA además para alegar que la asistencia a su toma de posesión fue histórica, pues dijo que los asistentes rondaron entre 1 millón y 1.5 millones de personas. Las fotos distribuidas por los medios de comunicación, sin embargo, reflejan que la asistencia fue mucho menor a la del presidente Obama en 2009. Lo mismo indican las cifras sobre los usuarios del tren metropolitano de la capital estadounidense.
A las expresiones de Trump se sumó la gran preocupación que ha causado en los medios la primera presentación oficial del secretario de Prensa del presidente de EEUU, Sean Spicer, en la sala de periodistas de la Casa Blanca. “Quiero discutir un poco la cobertura de las últimas 24 horas”, indicó Spicer, en un mensaje que leyó sin contestar preguntas.
Para el portavoz oficial del gobierno de Estados Unidos, las fotografías de la toma de posesión fueron “enmarcadas” – en un tuit particular, dijo-, para “minimizar el enorme apoyo” que considera se observó en el parque central de la capital estadounidense. Y de ahí paso a hacer expresiones falsas sobre los datos conocidos en torno al tamaño de la multitud. Llegó al extremo de decir que quiere hacer que los medios “rindan cuentas”.
Para agravar el debate, hoy, durante una entrevista en “Meet The Press”, la asesora del presidente Trump y quien fue la directora de campaña en los últimos meses de las elecciones, Kellyanne Conway, cuando el presentador Chuck Todd le advertía de las falsedades de las expresiones de Spicer, indicó que iba a tener que “repensar nuestra relación aquí”. “Quiero darle una amplia apertura a nuestra prensa”, dijo Conway, después de apuntar con sus comentarios a que si se critica a la Casa Blanca el canal de comunicación se cierra.
El sábado, la Casa Blanca trató de basar sus denuncias en tuits erróneos de dos periodistas, que fueron corregidos, y para ello volvieron a agarrase del término favorito con el que se trata de manchar la imagen de la prensa, “Noticias falsas” o “Fake News”. Pero, la diferencia entre las llamadas “noticias falsas” y el verdadero periodismo es que cuando se cometen errores de datos, se corrigen. La tendencia a hacer enmiendas, sin embargo, no ha sido un atributo de Trump como político.
Van solo 48 horas de su juramentación. Pero, ya debe alarmar la advertencia del gobierno de Trump dirigida a hacer que los medios “rindan cuentas”, pues es una total tergiversación de cómo debe existir una prensa independiente en una democracia.
La prensa independiente tiene la tarea de hacer que el gobierno rinda cuentas. Al pueblo le toca pasar juicio sobre ambos. En una democracia, el derecho a la libertad de expresión, información y prensa es de los ciudadanos, incluidos los periodistas, frente al gobierno, no al revés.