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“A la vuelta de la esquina”

Con su libro ‘A la vuelta de la esquina’, el comentarista político e historiador Néstor Duprey imprime una nueva mirada a la figura de Millard Tydings – quien fue senador  federal por Maryland entre 1929 y 1950 -, y persigue derrumbar la teoría de que sus proyectos a favor de la independencia de Puerto Rico fueron un mero intento por castigar a los puertorriqueños.
La investigación, que constituye la tesis que le certificó a Duprey su grado de doctor en Historia de la Universidad Interamericana, examinó las ideas de Tydings –  quien fue  presidente del antiguo comité de Territorios y Asuntos Insulares-, desde la perspectiva del esfuerzo de la administración del presidente Franklin Delano Roosevelt por diseñar una política pública uniforme para los territorios.
“Hace un necesario e importante análisis de la política internacional tanto de Roosevelt como de Tydings, colocando en su justa perspectiva la propuesta de independencia de Tydings para la Isla como una pieza clave dentro de la política del ‘Buen Vecino’ para América Latina”, indican en el prólogo del libro el doctor José
Carlos Arroyo Muñoz, quien dirigió la tesis deDuprey.
Portada libro Tydings
Para ello, Duprey examina las propuestas de la administración Roosevelt y del senador Tydings dirigidas a encaminar a Filipinas hacia su independencia y como en el caso de Puerto Rico, entre otras cosas por la determinación del liderato político que encabezó Luis Muñoz Marín de “anteponer las condiciones económicas”, se echaron a un lado las ansías de soberanía política.
“Los filipinos prefirieron aceptar el principio de la independencia a pesar de que mostraron reservas a las condiciones de la misma, particularmente en el tema económico”, indicóDuprey, en una entrevista.
Muñoz Marín, por su parte, hablaba de una relación con Estados Unidos que describía como una propuesta de independencia, pero “su contenido era más cónsono con una visión autonómica”, agregó Duprey.
La “historia oficial” representa los cuatro proyectos de independencia de Tydings como una reacción al asesinato de su amigo, el jefe de la Policía, E. Francis Riggs, un ex oficial naval de inteligencia que murió a manos de dos nacionalistas después de la Masacre de Río Piedras de 1935 y quien llegó a afirmar que si el líder nacionalista  Pedro Albizu Campos seguía su lucha por la independencia “habría guerra” contra el nacionalismo.
Por lo menos desde 1929 Tydings era promotor de la independencia de los territorios estadounidenses.
Después, bajo la administración Roosevelt había iniciado, primero con Filipinas, una reevaluación de la política pública federal sobre sus territorios. Tydings ya había estado en Puerto Rico en 1933, cuando ofreció un discurso a favor de redefinir las relaciones entre Washington y San Juan, y rechazó la implantación de un programa de “americanización” de la Isla.
Desde 1934 había sido coautor del proyecto que otorgaba la independencia a Filipinas. Y tuvo continuas conversaciones con el gobierno de Roosevelt sobre la política pública hacia los territorios.
El primer proyecto de Tydings de 1936 estuvo centrado en combatir la corrupción electoral en Puerto Rico. El segundo del mismo año, el proyecto del Senado 4529, propuso un referéndum en el que los electores de la Isla pudieran votar sí o no a la pregunta de si el pueblo de Puerto Rico debería ser soberano e independiente.
“Es muy difícil, como expresó la narrativa tradicional, concluir que la visión del senador Tydings fue producto de un arrebato de cólera. Era una visión madurada por mucho tiempo por la administración Roosevelt y el senador Tydings. El propio Tydings menciona la muerte de Riggs, pero no lo plantea como razón fundamental”, sostuvo Duprey.
Para su tesis, convertida en un libro de 593 páginas, Duprey fue a investigar a los archivos de Tydings en la Universidad de Maryland, aunque buena parte del análisis lo hizo teniendo acceso electrónico a los documentos, incluidos los del presidente Roosevelt, el entonces secretario del Departamento de Interior, Harold Ickes, y el del director de la División de Territorios de ese departamento, Ernest Gruening.
En medio de la crisis fiscal y de deuda pública de Puerto Rico, que ha acentuado la indefensión política de la Isla frente al gobierno federal, Duprey ve más diferencias que coincidencias entre la situación actual y los debates de las décadas de 1930 y 1940, ante “la irrelevancia de Puerto Rico” en estos momentos, versus la importancia que tuvo hace 70 y 80 años la intención de diseñar una política pública hacia la isla y los demás territorios.
“Puerto Rico era parte de un diseño. Había una consciencia mayor sobre Puerto Rico y sus problemas”, afirmó Duprey, quien considera que a eso se suma que el liderato puertorriqueño de aquellos años, desde Muñoz Marín hasta Albizu Campos, entendía mucho más las estructuras y al liderato del gobierno estadounidense.
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