Sácale provecho a las tarjetas de crédito
No me gustan las tarjetas de crédito. Confieso que me da terror pensar en que llegue el día en que pierda la cabeza y supere todos los límites, quedando en la quiebra y con el pago de altos intereses a cuesta.
Mis miedos me llevan a ser bien cuidadosa con la manera en que hago mis compras. Prefiero contar con el dinero disponible para pagar, sin endeudarme, y esforzarme en mi búsqueda de especiales y cupones de descuentos a la hora de hacer una compra. Con eso no quiero decir que no tenga o no use tarjetas de crédito. Las tengo, pero las utilizo a mi favor.
Las tarjetas te benefician cuando te proveen puntos en recompensa y la seguridad de comprar sin problemas por internet. Entre otras cosas, también los cupones de descuentos tienen mayor porcentaje de descuento si las utilizas.
Los expertos no recomiendan que se tengan muchas tarjetas de créditos. Por ello, se debe ser meticuloso al elegir una. Lo que más te recomiendo es que te instruyas y compares las ofertas de las instituciones bancarias. Debes considerar si debes o no pagar una anualidad, cuánto pagarías de intereses, en cuáles establecimientos o empresas la aceptan, y los beneficios que te concede, ya sean millas aéreas o puntos que redimen dinero en efectivo, servicios o productos.
Muchos portales digitales ya han simplificado la tarea de comparar las tarjetas, con gráficas detalladas sobre los pro y contras de cada una de las tarjetas de crédito que hay en el mercado.
En teoría, el uso más eficiente de este método de pago es asegurarse de saldar lo más pronto posible el monto de la compra. De lo contrario, te estarían cobrando el doble de los beneficios que la tarjeta concede.
En mi hogar tenemos dos tarjetas de crédito emitidas por instituciones bancarias. Les confieso que una no me provee ningún beneficio, pero es la primera que obtuve. Aún estaba en la universidad cuando me la ofrecieron. Creo que en un inicio solo tenía $200 de crédito, que luego fue aumentando con el paso de los años. De esa no pago anualidad, pero tiene un interés bajo (11%), comparado con los que imponen otros bancos. Esta la utilizo cuando sé que me tardaré en pagar la suma completa. (Siempre hay emergencias que obligan.)
La otra tarjeta de crédito fue pensada y analizada con cautela. Se utiliza para obtener puntos de recompensa en efectivo, los cuales pagan en febrero de cada año. Con esta no se paga anualidad, pero en muchos lugares, especialmente las gasolineras, no la aceptan. Pero como no le damos este uso, no causa ningún problema que en Puerto Rico se limiten los lugares en que se puede usar.
Otras tarjetas de crédito que tengo en mi cartera son las de tiendas de ropa. Eso sí, solo las solicito si me permiten obtener beneficios y pagarlas al instante, sin salir de la tienda.
Una de mis preferidas es de una tienda por departamentos en la cual no es recomendable comprar nada sin cupones. A los clientes sin tarjeta le dan entre un 15% a un 20% de descuento con los cupones, pero a aquellos que tienen la tarjeta del comercio les dan entre un 25% a un 30%. En estas ocasiones es cuando más pienso en que la tarjeta realmente actúa a favor del consumidor.
No es tan difícil percatarse de que los clientes con tarjeta reciben más beneficios en esas tiendas, lo estas destacan en sus páginas cibernéticas y promociones.
Tengo otras tarjetas de crédito que acumulan los puntos de recompensas o me envían cupones de descuento. Una de estas la solicité con las muelas de atrás. Es de una tienda que todas las mujeres adoran. Esa que vende artículos de marca a bajos precios. No me quedó remedio. El problema que tengo es que no se permite pagar en la tienda si acabas de hacer la transacción. Hay que llamar por teléfono.
Así que, de ahora en adelante, sácale provecho a tus tarjetas de crédito. Pero, vuelvo y recalco, para que realmente lo conviertas en un beneficio, no puedes permitir que te cobren intereses.