Perdonen que no me ría
Perdonen que no me ría
Muchas de mis amistades están reaccionando con ironía y sarcasmo a la comedia de errores en la cual se ha convertido la política puertorriqueña. Se ríen del IVA, del IVU agrandado, del gobernador de turno, de la Cámara de Representantes y, particularmente, de Eduardo Bathia. Chistes van y memes vienen, burlándose de las atrocidades que pasan por “leyes” en nuestro país.
Perdonen que no me ría.
Y no me río porque no vea la ridiculez de lo que está pasando. Cualquier persona con dos dedos de frente sabe que nuestro país está dirigido por personas cuyo interés principal es subir al poder, no solucionar los problemas básicos del país. La oposición se dedica mayormente a entorpecer la labor del partido que ocupa el poder, asegurando que cuando suban al poder, el partido derrotado entorpecerá su gestión de gobierno. Se busca la destrucción del contrincante, sin comprender que provocan la destrucción del país.
Mientras Puerto Rico se hunde, el gobierno solamente está pensando en cómo recaudar suficiente dinero para sobrevivir el cuatrenio sin despedir empleados públicos, dado que eso llevaría al partido de turno a una derrota segura. Y, en lugar de buscar mejorar el desarrollo económico del país, se buscan más fondos federales para enfrentar la situación y se alienta la migración.
Perdonen que no me reía.
Cada día tengo en mi iglesia más personas desempleadas, más padres desesperados y madres desesperadas, más niños y niñas que no tienen maestros y maestras en las escuelas públicas, más personas a quien el programa de salud del gobierno le niega servicios y más gente considerando irse del país.
Tratamos de ayudar a la gente, pero no es suficiente. Podemos repartir algo de dinero, comida y ropa, pero eso solo remedia la situación por uno o dos días. No tenemos los recursos para proveer empleo, vivienda y programas de salud. Eso tiene que hacerlo el gobierno.
Por eso no tengo ánimo alguno para reírme de los comentarios que hizo Bhatia sobre las escuelas públicas, ni sobre la columna de Jay Fonseca sobre la Universidad de Puerto Rico, ni sobre las respuestas del pueblo a estos comentarios.
No me río porque estoy de luto. Puerto Rico se muere poco a poco. ¡Dios tenga compasión de nuestro pueblo!
**********
¿Qué opina usted? Le invito a compartir su opinión, comentando tanto el contenido de esta columna como los comentarios de otros lectores y de otras lectoras.
El Rev. Dr. Pablo A. Jiménez es el pastor de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en el Barrio Espinosa de Dorado, PR. http://www.drpablojimenez.com.