Blogs: Vicios, virtudes y valores

Estilos de Vida

Vicios, virtudes y valores

Por
💬

El ángel de la lluvia

“¡Hola! ¿Es esta la oficina de Puerto Rico?”, dijo el ángel Ruperto.

“¡Sí! ¡Bienvenido! Yo soy Ángelo, o por lo menos ese es mi apodo”, contestó el ocupante de la oficina.

“¿Ángelo? Nunca había escuchado un nombre como ese”, respondió el recién llegado.

“Bueno, ese no es mi nombre, sino un apodo. Me lo pusieron en honor a un antiguo jugador de la Selección Nacional de Baloncesto de Puerto Rico”.

“¿De qué?”, preguntó Ruperto. “¡Ay!”, pensó Ángelo, “otro que me mandan que no sabe nada de Puerto Rico”.

“Vine de manera interina en lo que regresa el Ángel Xavier. ¿Qué le pasó?”, preguntó Ruperto.

Ángelo lo pensó antes de responder, pero se sintió obligado a decir la verdad: “Xavier tuvo un colapso nervioso. Puerto Rico está en crisis y no pudo aguantar la presión. Esta oficina no es fácil”.

“¿Colapso? Nunca había escuchado de un ángel que pasara por eso”.

“Es más común de lo que usted piensa.”

“Bueno”, dijo Ruperto, “vamos a trabajar, procesando las oraciones del pueblo de Puerto Rico”. Ángelo le llevó a su escritorio y se quedó a su lado para contestar las preguntas que no tardarían en venir.

“¿Esta es la lista de las peticiones más comunes de oración en Puerto Rico?”, preguntó Ruperto. “Sí”, contestó Ángelo, “son las 50 peticiones más se repiten”.

Ruperto comenzó a leer la pantalla de su computadora y las preguntas no se hicieron esperar: “¿Quién es Maripili?”.

“Una modelo de televisión”, respondió Ángelo.

“¿Y La Taína?”

“Una ex-modelo de televisión”.

“¿Y Susan Soltero también era modelo?”

“No, era una reportera del tiempo en la televisión?”

“¡A la verdad que la gente de Puerto Rico toma bien en serio la televisión!”

“Y eso, que esta semana no hubo caminatas de Raymond”.

“¿De quién?”

“Perdone, no tiene importancia. La petición más recurrente es que llueva para acabar la sequía”, dijo Ángelo. “¡Hasta los Wiccas están orando para que llueva!”

“Yo no respondo ese tipo de oraciones. Lo mejor es no meternos con los fenómenos atmosféricos. Las pocas veces que lo hemos hecho el remedio ha sido peor que la enfermedad”, acotó Ruperto.

“Pero la gente necesita agua…”

“Yo no soy ‘el ángel de la lluvia’, así que no me pidas procesar esas oraciones. ¿Entendido?”

“Con toda claridad”, respondió un Ángelo molesto ante la respuesta de Ruperto.

“Hay peticiones mucho más importantes en la agenda. Mira…(buscando otro archivo en la computadora), solo en una Iglesia de un barrio escogido al azar puedo encontrar peticiones mucho más importantes: tenemos una madre joven en intensivo, a punto de morir; un joven recién operado que enfrenta una infección severa y otra madre a punto de quedar paralítica. ¿Y qué me dices de quienes batallan contra el cáncer? ¿Y de quienes tienen hijos en la cárcel? Mientras tenga peticiones como estas, no voy a mover un dedo para que llueva. Lo mejor es esperar que los procesos naturales sigan su curso”.

Ángelo volvió en silencio a su escritorio. Horas después, un boletín urgente llegó a la oficina, sorprendiendo a ambos ángeles. “¿Qué es eso, Ángelo?”

“Err…un boletín del tiempo. Hay un tormenta en el Caribe”.

“¿Va en dirección a Puerto Rico? Eso podría aliviar la sequía, sin nuestra intervención”.

Ángelo miró la pantalla de su computadora y, alarmado, trató de cambiar el tema de conversación. “Ruperto, ¿por qué no toma un descanso? Tenemos café de Puerto Rico en la cuarto de los empleados.”

Comprendiendo que Ángelo ocultaba algo, Ruperto preguntó: “¿Qué pasa, Ángelo? ¿Qué me quieres ocultar?”

“Es mejor que no le preste atención a esto, por favor. No quiero que tenga un colapso nervioso”.

Alterado, Ruperto insistió: “¡Dime! ¡Acaba y dime!”

“Está bien, pero que quede claro que usted insistió. A raíz del boletín del tiempo, el 28.3% de las oraciones recibidas en la pasada media hora están pidiendo que la tormenta no pase por Puerto Rico”.

Más alterado aún, Ruperto preguntó: “¿Hay algo más?”

“Sí, el 48.7% de las peticiones ruegan que el huracán pase por el mismo medio de la Isla…”

“Esta gente no se pone de acuerdo. ¿Quieren lluvia o no?”

Ángelo ripostó, “la quieren y no la quieren, a la misma vez”.

“ARRGH”, gritó Ruperto frustrado, hablando solo y dando vueltas sin razón por la oficina.

Ángelo fue hasta el teléfono y marcó el 911. “Sí, es Ángelo, de la oficina de Puerto Rico. Tenemos otro caso, lo mismo de siempre. Envíen los paramédicos y avisen a la sala de psiquiatría, que este tampoco pudo aguantar la presión”.

**********

¿Qué opina usted? Le invito a compartir su opinión, comentando tanto el contenido de esta columna como los comentarios de otros lectores y de otras lectoras.

El Rev. Dr. Pablo A. Jiménez es el pastor de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en el Barrio Espinosa de Dorado, PR. http://www.drpablojimenez.com.

 

💬Ver comentarios