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El secretario del Tesoro pide a los gobernadores que reabran la economía

Es hora de comenzar a reabrir la economía de los estados y de los territorios de EEUU. Los toques de queda se establecieron de forma temporal para prepararse. La Casa Blanca promovió los cierres económicos y las medidas de distanciamiento estrictas, mientras atendía problemas concretos, como aumentar la producción y la reserva de ventiladores, mascarillas, guantes, desinfectantes, medicamentos, entre otros equipos necesarios para enfrentar la pandemia. Una vez se cumplieron estos objetivos, lo que procede es comenzar la recuperación económica.

El presidente de EEUU, Donald Trump, firmó leyes que asignan fondos para asistir a los ciudadanos, a las pequeñas empresas y a otros sectores. El Cares Act y el Paycheck Protection Program (PPP) son dos ejemplos. Se aseguró de asignar los recursos para habilitar hospitales móviles. Envió los buques hospitales de la Marina a puertos de la Ciudad de Nueva York y de Los Angeles: el USNS Comfort y el USNS Mercy. Mantuvo reuniones con los gobernadores de cada estado y realizó conferencias de prensa para exponer lo acordado. También, envió asistencia a otros países; por esto, recibió agradecimientos del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y de jefes de otros estados.

El plan para reabrir la economía y la creación del task force económico surgen luego de que se cumplieron los objetivos de administrar pruebas suficientes para diagnosticar el coronavirus (SARS-CoV-2), se promovió el uso de medicamentos experimentales, como el remdesivir y la combinación de hidroxicloroquina y azitromicina, y pasó el pico de contagios.

No se puede estar a la espera de una vacuna para entonces reabrir la economía; es inviable y contraproducente. Durante los toques de queda estrictos se compromete la salud de la población, pues no se diagnostican enfermedades, no se provee tratamiento a quienes los necesitan ni hay una atención normal de los problemas de salud que se presentan. Muchos ciudadanos dejan de acudir a los hospitales para evitar infectarse con el coronavirus. Esto los pone en riesgo de no recibir la atención adecuada para una condición de salud preexistente.

Durante los toques de queda y los cierres económicos la población no se expone al sol, no se ejercita adecuadamente, no recibe suficientes ingresos, se endeuda, se deteriora psicológicamente y se afecta de diversas formas. Es un estado de deterioro que no es sostenible.

La salud y la economía van de la mano. Por eso, el secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, pide a los gobernadores que reabran las economías de sus estados. Hay que prevenir el deterioro de la economía para que no llegue a un punto crítico.

Este mensaje general incluye a Puerto Rico. Es una de las jurisdicciones de EEUU con las medidas más estrictas. El toque de queda perjudica al sector privado y dificulta la recuperación económica. Por ejemplo, un cuarto de millón de trabajadores llenó la reclamación de desempleo en Puerto Rico, pero pocos han recibido respuesta. No es viable mantener estas medidas de distanciamiento excesivas, al punto de sacrificar el bienestar general de los ciudadanos.

Un remedio no debe ser peor que la enfermedad. Los efectos secundarios de los toques de queda son severos. En el caso de Puerto Rico, compromete las finanzas y la estabilidad de los hospitales. También, dificulta el acceso a servicios de salud que no sean asociados al coronavirus.

La prevención de enfermedades, los chequeos médicos rutinarios, las ferias de salud, la vacunación preventiva y la promoción de una alimentación adecuada no se pueden cumplir desde el encierro. Parte de la prevención para evitar muertes por coronavirus es fortalecer el sistema inmunológico de los ciudadanos. Eso requiere alimentación adecuada, exposición al sol, realizar ejercicios, reducir estrés por razones económicas, atender condiciones preexistentes y asegurar que la población tenga ingresos.

No se debe entender la solicitud de Casa Blanca de reabrir la economía como un acto irresponsable, temerario y de avaricia. Por el contrario, es lo que hacen los jefes de Estado de todos los países que se dieron cuenta de que los cierres de sus economías son insostenibles, que los toques de queda debían ser temporeros y que se requiere de una estrategia que combine las medidas de distanciamiento e higiene con la actividad económica.

Hay que ser realistas y mirar el panorama económico libre de demagogia. Se debe aprender a convivir con la existencia del coronavirus, como se hizo con otros patógenos. Será necesario dar prioridad a las poblaciones más vulnerables, sin impedir la actividad de quienes corren menos riesgo. Es un modo de lograr la inmunidad de rebaño o inmunidad de grupo, sin comprometer a las personas con enfermedades autoinmunes y a otras poblaciones en riesgo.

 

 

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