El narcosocialismo toca a la puerta en México
El domingo 1 de julio de 2018 será la elección presidencial de los Estados Unidos Mexicanos (México). Como no existe la segunda vuelta y la elección es por pluralismo, un candidato puede ser electo presidente con menos del 50% de los votos. Esto hace posible que el candidato socialista Andrés Manuel López Obrador (AMLO) logre su objetivo sin convencer a la mayoría. Para las dictaduras socialistas de Nicolás Maduro y de Raúl Castro, AMLO representa un respiro en medio de continuas derrotas en Iberoamérica.
México es un estado petrolero y una economía importante que los socios de izquierda necesitan para propagar sus ideas y financiarse. También, es un potencial aliado en organismos internacionales.
AMLO ha dicho que admira a Fidel Castro y que lo considera un héroe. Es un simpatizante ideológico de la Revolución Cubana y del Socialismo del Siglo XXI. Por esto, se espera que mantenga buenas relaciones con las dictaduras de Cuba y de Venezuela.
Al igual que otros candidatos socialistas iberoamericanos, AMLO propone negociar con los narcotraficantes. Esta fue la postura de Gustavo Petro, el excandidato socialista para presidente de Colombia. Hay un alto riesgo de politizar a las organizaciones de crimen organizado en México. Para AMLO, la política de mano dura no funciona. Considera que se debe tratar a los narcos como a cualquier otro líder ciudadano. Se sentará a negociar de tú a tú con quienes han ordenado masacres, magnicidios, torturas, violaciones, tráfico de drogas y armas, entre otros delitos graves.
En las dictaduras socialistas de Venezuela y Nicaragua se utiliza a paramilitares para reprimir, intimidar y asesinar a los opositores. La relación de AMLO con los narcos posibilita que se repita la historia.
México comparte fronteras con Estados Unidos de América (EEUU). Si AMLO ganara la presidencia, el muro fronterizo y la reforma migratoria tendrá prioridad. El presidente de EEUU, Donald Trump, no tendrá un aliado en la figura de AMLO. Las negociaciones con México en materia de comercio internacional podrían afectarse. Chocaría la política americana de guerra contra las drogas con la de AMLO, que consiste en hacer la paz con los narcos.
Las encuestas colocan a AMLO en la delantera y muestran un patrón que convence a muchos de que será el ganador. De ser este el resultado, habrá que prepararse para el peor escenario. Cuando AMLO indica que Fidel Castro fue un libertador que llevó a los cubanos a la verdadera independencia, da a entender que no considera que los estados y pueblos son libres hasta que ocurre una revolución o cambio radical de sistema político económico.
El patrón con los gobiernos y las dictaduras socialistas de Iberoamérica es la nacionalización de corporaciones y recursos naturales, las expropiaciones forzosas, la demonización de la clase media y del sector privado, entre otras prácticas afines al marco ideológico socialista. No es posible predecir si AMLO logrará estos objetivos comunes al marco ideológico que comparte. La rama legislativa le puede hacer frente.
Sin embargo, hay que estar vigilantes, pues la alianza que propone con los narcos pondría en riesgo la vida de los diputados y senadores. En México son comunes los magnicidios. Matan a alcaldes, policías, militares y a otros funcionarios de gobierno. También, amenazan a sus familias.
Hay riesgos que no vale la pena correr. Muchos mexicanos molestos con los partidos tradicionales, cansados de la corrupción, de la violencia extrema y de los problemas económicos, apoyarán a AMLO, sin considerar que se puede salir de Guatemala a guatapeor. Eso le pasó a los venezolanos.
Los dos partidos de mayoría, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN), están desacreditados ante gran parte de la población. La corrupción gubernamental y la pérdida de legitimidad de los partidos tradicionales es un patrón global. Varios estados en el mundo tienen el mismo problema. Los candidatos que se presentan como opositores a las élites de estos partidos tienden a ganar adeptos y a ser favoritos.
El reto de los pueblos es reorganizar la política nacional, sin caer en autoritarismos. Hay oportunistas que aprovechan el descontento popular para hacerse del poder. El peligro de candidatos como AMLO es que prometen lo inviable y abren paso a un escenario peor. Propone combatir la corrupción con más gobierno y la violencia mediante alianzas con organizaciones criminales. Hay remedios que son peores que la enfermedad.
Veremos qué deciden los mexicanos y si se dan cuenta a tiempo del riesgo al cual se exponen.