Puerto Rico: 3 GRANDES aprendizajes del Huracán María
El pueblo de Puerto Rico está teniendo aprendizajes profundos que lo ayudarán a manejar cualquier adversidad futura de manera preventiva y en equipo. Ya se escucha en la legislatura proyectos de ley que sirvan para crear nuevos protocolos ante catástrofes naturales. Increíblemente, sobrevivimos (la mayoría) a un huracán categoría 4 (aunque con vientos en algunas zonas de categoría 5). No toda la población sobrevivió o puede cantar victoria en estos momentos. El Huracán María dejó decenas de muertes, desaparecidos y mucha destrucción a su paso por Puerto Rico. Las historias de terror cada día que pasa se hacen más comunes, dado al lento restablecimiento de las comunicaciones, nos estamos enterando de tragedias que no se conocían que ocurrieron en la montaña y en zonas de difícil acceso fuera del área metropolitana de San Juan. Cada día que pasa nos damos cuenta, de lo poderoso de este huracán y lo vulnerable que nos ha dejado. Sin embargo, toda la experiencia nefasta del paso de María ha tenido también grandes recompensas entre ellas aquí menciono 3 GRANDES aprendizajes del paso del Huracán María por la isla:
- El valor de la diáspora – Tengo que quitarme el sombrero y pedir una ovación a nuestra gente en el exterior y reconocerlos por su compromiso y valor. Han sido nuestro apoyo directo. Han generado cientos si no miles de iniciativas para apoyar a los que nos hemos quedado en la isla. Desde enviarle un paquete con víveres o baterías a un familiar, hasta los grandes centros de acopio de suministros y las múltiples donaciones millonarias que se han logrado. Fueron nuestro contacto directo y muchas veces la única manera que teníamos de comunicarnos durante el huracán. Sirvieron para darnos información de lo que estaba ocurriendo en el país (ya que las llamadas dentro de la isla estaban imposibilitadas solo salían llamadas fuera). Definitivamente, la llamada diáspora ha demostrado su apoyo con acción y solidaridad desmedida. Muchas veces mal juzgada por haber salido del país, hoy hemos aprendido con mayor claridad su gran valor.
- Pedir ayuda – Gasolina, agua, pan, transportación, diésel, baterías, comida, falta de acceso en los caminos, comunicaciones, dinero efectivo, cuidados médicos, entre muchas otras necesidades hemos tenido. El gobierno hizo lo que pudo, pero la lentitud y burocracia de las autoridades hicieron de la espera por la ayuda algo desesperante. Tocó pedir y recibir ayuda al que fuera. Al primero que llegara socorrernos. Hemos solicitado ayuda al vecino, al familiar, al amigo y hasta el que no lo era. Gracias al trabajo en equipo de muchas personas, organizaciones sin fines de lucro nacionales e internacionales, corporaciones y entidades de gobierno, gracias al esfuerzo de todos hemos logrado movernos lentamente a una etapa de recuperación.
- Tomar acción – Por más ayuda que nos hayan mandado, muchos no estuvieran respirando si no hubiera sido por un vecino, un desconocido o algún funcionario público que tomó acción inmediata. La ayuda llegó tarde, fue lenta y desorganizada. La participación comunitaria y las iniciativas privadas han sido probablemente las respuestas más directas de impacto a la población. Hemos aprendido a tomar acción y a organizarnos de manera rápida y sin los recursos y comodidades a las que estamos acostumbrados. En un momento de crisis hemos aprendido a generar una respuesta solidaria, comunitaria, multisectorial y en equipo.
Realmente, son demasiados los aprendizajes que seguiremos teniendo. María vino con una agenda de destrucción y está en nosotros convertirla en un momento de renovación y rediseño. Hemos aprendido a vivir incómodos, con poco, pero felices y en familia. Además, hemos aprendido a ver lo majestuoso de la naturaleza, su grandeza y poder. Creo que de esta experiencia aprendemos a valorar aún más la naturaleza, a ser agradecidos con lo que tenemos y a cuidar de lo que nos rodea.
¿Qué otro aprendizaje añadirías? Déjame saber en los comentarios.
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