El gobernador Alejandro García Padilla estuvo por Cuba el pasado fin de semana para participar de la cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC). Fue un viaje de esos sorpresivos, pues se lo tenían calladito, y yo tuve la oportunidad de seguirlo por estos lares, además de cubrir la cumbre, que en sí misma estuvo bastante aburrida.

Aquí el que se robó el show fue García Padilla. Sí, agárrese de la silla. Nuestro gobernador fue el que estuvo pegao entre los periodistas. quienes daban la vida por interactuar con él, tanto los de medios nacionales como internacionales, y también entre los políticos de la región. A tal punto que el propio Raúl Castro lo sacó aparte y conversó con él en medio de la cena de recepción del evento, algo inusual.

El gobernador Alejandro García Padilla interactúa con periodistas en el hotel Habana Libre en Cuba.

Desde que se enteraron por El Nuevo Día de que García Padilla estaba en tierras cubanas (su visita no estuvo incluida en el programa oficial), los colegas me tenían loco: “Oye boricua, cuándo viene tu gobernador a hablarnos”, me decían a cada rato. Porque sí, y haciendo paréntesis, aquí he perdido mi nombre y soy el “Boricua” o el “Bori”. Confieso que prefiero eso a que me digan “Benjamincito”, porque por acá los nombres se ponen en diminutivo con mucha facilidad. 🙂

Pero volvamos al Gobe…

El esperado encuentro con la prensa se dio. Y García Padilla tengo que admitir que se lució. Yo hasta me quedé mudo, porque para nada se manifestaba como el político que vemos a diario en Puerto Rico. Parecía un gran jefe de Estado, contestó sin titubeos, estaba relajado y hasta se metió en complicados temas de política internacional, como el de la Base Naval de Guatánamo.

Cuando acabamos, los periodistas asentados aquí quedaron maravillados con él, lo cual me sorprendió, pues ellos están acostumbrados a un alto nivel en la diplomacia, con encuentros profundos con presidentes o ministros de relaciones exteriores de las principales naciones del mundo.

“Oye boricua, ese gobernador tuyo se la comió”, me dijo un colega de una agencia internacional de noticias.

“Estoy impresionado con tu gobernador, el tipo está claro en sus cosas”, me comentó otro de la prensa nacional.

Yo me quedaba callado y pensaba: ¿será que ellos son muy benévolos o nosotros demasiado críticos con nuestros dirigentes?

Creo que es un poco más de lo segundo, porque a esta misma gente la he visto “comerse vivos” a otros mandatarios con una tranquilidad pasmosa, por lo que sus adulaciones no son a la ligera.

Nada, una de esas que me dejó pensando y quise comentarlo en voz alta.