Este blog nació hace varios años, pero los legendarios duendes de las redacciones se tragaron la mayoría de los escritos publicados.

Oficialmente me dijeron que la causa de la desaparición de los “escritos”, “entradas”, o “posts” fue el cambio en la plataforma digital del periódico. Pero a periodistas con millaje, pocos engañan. El cuento de la plataforma es una media verdad.

Si bien es cierto que hubo cambio de plataforma digital, sabemos que desde que se crearon los periódicos se descubrió una raza de duendes famosos por ser unos golosos implacables. Esos son los culpables.

Inicialmente se comían los acentos. Añadieron a la dieta letras y espacios. Traviesos, cambiaban los “sí” por los “no” para provocar líos peores que los que se dan en el Capitolio cerca de la medianoche. Las nuevas generaciones de duendes aprendieron a boicotear las estaciones de los medios electrónicos, y más reciente: a hackear las noticias y blogs publicados en medios digitales como este.

El asunto es que de aquí desaparecieron muchos “posts”, entre los que figuraba el que explicaba la razón de ser de este espacio: que la Vida es sabrosa, pero frágil; que una persona puede estar saludable, y que en un tris-trás, todo puede cambiar. O, que una persona que nazca con equis o ye condición, no es “nula”.

Aún cuando un niño nace con múltiples condiciones y con crueldad lo comparen con una mariposa que se queda en crisálida, o un capullo que apenas abre, en este espacio destaco a las familias que se esfuerzan en proveerle calidad de Vida a sus hijos, y no se avergüenzan de ellos.

Aquí no caben los “ay bendito”, los “pobrecito, ¡qué pena me da!”, ni las expresiones de lástima por los familiares. Pretendemos que sea un espacio para dar a conocer a personas y familias que lejos de quedarse en una esquina revolcándose en lo que algunos puedan considerar una tragedia, sientan que los amaneceres –soleados, lluviosos o brumosos- son buenos.

Aspiramos a demostrar ejemplos de esperanza y de fe; de resiliencia y ánimo.

De paso, delatamos a los míticos duendes de las Redacciones al retomar el blog “¡Qué bueno es estar Vivo!”, ahora en forma de una “Segunda Temporada”.

Antonio Pérez Serás/ “Toño, Perecerás”

En este espacio no se vive como en Disney. No se ignoran el dolor, las frustraciones, ni las molestias. Reconocemos y respetamos a quienes se quejan del exceso de sal y optan por maldecir al cocinero. No es que esté de acuerdo con esas personas. Conozco a uno tan inconforme, que extiende sus rabietas al mismísimo Creador del mar salado.

Lo digo como embocadura, antes que conozcan a mi amigo y colega entumorado Ángel Antonio Pérez-Serás. Él se queja y hasta marraya cuando el día está soleado, lo mismo que cuando llueve… ¡y así pierde su día, todos los días!

Toño era un tipo chévere. Siempre le buscaba la quinta pata al gato, pero en conversaciones civilizadas arreglábamos el mundo. Tras descubrirle un meningioma del falx (un tumor cerebral benigno), ha sido sometido a cuatro craneotomías, una radiocirugía y 28 sesiones de radioterapias. Al paso del tiempo, las mismas cirugías y radiaciones que le permitieron extender los días de su calendario, le provocaron la pérdida de la movilidad. Le habían anticipado que uno de los “efectos secundarios” anticipables eran hemiplegia, paraplegia, cuaraplegia, o, paraplegia.

Dicho más sencillo: “si te saco el tumor, te dejo sin piernas, y podría ser que te controle las convulsiones”. También existía la posiblilidad de perder la memoria cognoscitiva, o la memoria afectiva. En el peor de los casos, podría morir. Aceptó el reto mirando a los ojos a su esposa. Y perdió la movilidad de una pierna en el 1998. El cuento largo en su versión corta es que tras tantas intervenciones,es una persona con la condición de paraplegia.

En vez de sentirse feliz y agradecido por el milagro de seguir Vivo, se transformó en un hipocondríaco, neurótico, criticón, pesimista y fatalista.

Lo entiendo porque su vida no es fácil. Pero la de muchos otros, tampoco. Trato de evitar la expresión “hay otros peor que tú”, porque creo que es una falta de respeto ese tipo de competencia.

Sin embargo, opino que los Toños son importantes para la sociedad. Provocan discusiones y reflexiones para criticar y construir; para reír hasta que nos duela la cara; para llorar hasta que nos quiebre el alma… y para dar a conocer las circunstancias de muchas personas y familias que hacen lo inimaginable para “echar pa’lante hasta que Dios decida que el cuerpo aguante”.

Siempre le recuerdo a mi amigo la bendición de poder disfrutar el milagro sobreVivir tanta cirugía y de poder disfrutar la Vida saboreando lo dulce, sin rechazar lo amargo, que al fin de cuentas es lo que nos sazona los días.

Toño,¡qué rrrico es estar Vivo!

¿Que lo repito como si fuera un mantra? Prepárate amigo… que esto apenas comienza. En vez de mantra, la frase es el verso del “pie forza’o” de nuestra alegría de Vivir. Tenemos mucho que conversar!

De paso, ¡zape a los duendes!