Alternativa, complementaria, y “mucho más…”
A mi amigo Ángel Antonio se le activa el lado perverso del cerebro cada vez que vemos un anuncio de algo, tal mas-cual, “y mucho más…”.
Elucubramos sobre todos los posibles “más” que se quedan en los tres puntos suspensivos… Y nos convertimos en los mejores libretistas de chistes baratos al pensar que el “mucho más” es el zafacón de lo que queda.
Sin embargo, cuando se trata de la medicina hacia el camino de la salud, nuestro enfoque cambia porque en el “mucho más” incluimos alternativas que consideramos “reales”. Lo interesante del asunto es la manera en la que el mundo de hoy ve la medicina, y, que organizaciones como la OMS (Organización Mundial de la Salud) la reconozca y hasta le haya dado espacio en las escuelas de medicina.
Antes de continuar, admito que mis ejemplos no encajan en las categorías “oficiales”.
El término “Medicina Complementaria y Alternativa” (CAM, por sus siglas en inglés) es utilizado para los productos y las prácticas médicas que no forman parte de los cuidados estándar de la mayoría de los médicos, los osteópatas y los profesionales de la salud auxiliares como lo son enfermeras ylos fisioterapeutas.
Para mí, entran en esta categoría la quiropraxia, y en algunos casos la acupuntura. Digo, en algunos casos, porque muchos médicos se espantan al saber que con acupuntura sanan ciertas condiciones. Yo he recurrido a ella.
La”Medicina Alternativa” (para mí) implica el uso único de tratamientos distintos a los estándares. O sea, aquella que el paciente (impaciente, o no) selecciona como única alternativa. Pueden ser la quiropraxia, y la acupuntura. Esta última es milagrosa en todas sus modalidades: acupresión y electroacupuntura; auriculoterapia (la que se usa con semillitas) ; moxibustion (temida por las personas mayores porque usa fuego y huele a marihuana cuando quema); y ventosas (también asusta porque se usa con fuego, copitas de cristal, y luego la piel luce como quemada). He probado y apruebo todas.
En alguna etapa, también han sido excelentes alternativas para Toño y para mí. Confieso que no he usado acupuntura ni hipnosis terapéutica como alternativa para la anestesia; pero sí para otros achaques.
La reprogramación hipnótica y la música, especialmente la psicosonía son geniales hasta para despertar a personas en estado comatoso. Conozco varios casos, y doy fe.
La risoterapia y los ejercicios en agua son divinos. Peeero… hay que preveer ciertos problemitas: la quiebra de quijadas, y el hecho de que es contagiosa. En la segunda, se recomiendan pesas en los tobillos para que las piernas no floten, so pena de parecer bailarín de nado sincronizado, ¡a punto de ahogarse!
Las terapias craneosacrales en agua o “en seco” son divinas. Raindrops, masajes con aceites esenciales, y la aromaterapia son verdaderamente “una cura”. Ejercicios en las modalidades Burdenko y Pilates… ¡una maravilla!
Los investigadores alegan que no conocen la seguridad de muchos tratamientos, ni saben si funcionan bien. Se escudan en que “están realizando estudios para determinar la seguridad, la efectividad y la utilidad de muchas prácticas de CAM.
Sucede con las inyecciones de botox, aprobado para neutralizar la espasticidad en las manos, ¡pero no en la espasticidad de las piernas!
Toño vota por todas las alternativas. También yo, pero les sumo oraciones y fe.
Sobre el resto de los “y más…”, hablamos otro día, porque nadie me dice que hasta parir en agua sea malo. Todavía no se lo he preguntado a un bebito, pero estoy segura que de esa manera se llega al mundo estrenando la Alegría de Vivir…