Para entender a un personaje como Donald Trump es necesario identificar las  ideas y creencias que inspiran y definen su pensamiento.

Luego de leer sobre su expediente académico y su participación en el competitivo mundo de los negocios cuando se iniciara bajo la tutela de su padre en Queens, Nueva York,  uno no puede menospreciar su inteligencia y capacidad creativa. La riqueza no le cayó del cielo. Él la fue a buscar. Y su esfuerzo impactó a los Estados Unidos de costa a costa . Su nombre aparece en mayor y menor grado en cantidad de proyectos de gran envergadura desarrollados en distintos lugares de  su querida América pero muy especialmente en la ciudad de Nueva York. Eso incluye edificios super lujosos, muchos de ellos premiados por prestigiosas  firmas acreditadoras del mundo.

Su inventiva arquitectónica le ha valido galardones en ese ambiente de lujo capitalista que disfrutan tantos millonarios y billonarios en el planeta. Por eso nadie debe dejarse llevar por su verbo vulgar e,irrespetuoso y tantas veces irracional para creerse que Mr. Trump no tiene otro propósito en la vida que no sea el engrandecimiento de su persona; o sea, su megalomanía. De eso hay pero no queda ahí su agenda

Nos equivocaríamos si lo despachamos como un fanático de la extrema derecha republicana en los Estados Unidos; en fin: un loco. El prejuicio racial, lo induce a manifestarse de tantas maneras agresivas y en contra de distintos grupos étnicos y religiosos.  Y viviendo como vive, en una nación multinacional , de llegar al poder podría causar serios disloques en el cuadro socio económico de su país. Algo de suerte hay en que sus actuaciones por lograr la presidencia del imperio ‘americano han delatado sus prejuicios y hasta un desdén por los procesos democráticos.

Y ¿porqué un fenómeno como Trump irrumpe ahora en la política de Estados Unidos?

En algo tiene que ver la elección de Barack Obama en el 2008. Nada puede haber mortificado más a un racista como Trump que el ver a un negro como presidente de Estados Unidos.

Fue en el siglo 19 que el diplomático Conde de Gabineau expuso en un ensayo su teoría sobre las desigualdades de las razas destacando la superioridad de la raza aria. Y ya saben ustedes como Adolfo Hitler se inspiró en esa creencia para liquidar a millones de judíos haciendo del nazismo una catástrofe mundial.

Donald Trump es fundamentalmente un supremacista blanco. Y eso lo hace peligroso, quizás no al extremo de un Hitler pero ciertamente nos explica que no se trata meramente de un megalómano embriagado por las ansias de poder y riqueza. Cuando Obama sustituye a un incompetente como George Bush 43 todos esperaban cambios muy positivos en Washington. Pero ya en su segundo cuatrienio, Obama demostraba fallas que incluía la inseguridad y falta de un  liderato fuerte que, inspirado en la inteligencia y sabiduría del incumbente, mantuviera a raya a enemigos que retaban la hegemonía del imperio ‘americano’.

Dado su bagaje intelectual y cultural, Barack Obama no tiene excusas por su incumbencia mediocre en Casablanca. Bastaría repasar la campaña presidencial que iniciará Trump en el 2015 para ver como constantemente el republicano relaciona a Hillary Clinton con todo lo que el criticaba del gobierno de Barack Obama haciéndola ver como compartía sus debilidades ante sus enemigos mientras el se proyectaba como el hombre fuerte capaz de “Make America Great Again”. Y ese detalle de atacar la administración  Obama , particularmente en su segundo cuatrenio y en proyectos claves como el Obamacare le ganó el apoyo de esa derecha extrema de su partido asegurándole la,nominación para la presidencia.

El descontento de grandes mayorías de electores con el gobierno Obama fue un factor en el surgimiento del fenómeno Trump. Y no puede descartarse el hecho de que Hillary nunca se ganó la simpatía de un Pueblo que veía en los Clinton arrogancia y autocracia.

Y así ha llegado Trump, a pesar de todos sus pesares, y este 8 de noviembre del 2016 al mismo umbral de la Casa Blanca. Entrara?