EL ‘CUCO’ COLONIAL
Plantearle al Congreso de los Estados Unidos la posibilidad de que Puerto Rico se convierta en el Estado 51 de la Unión Federal es como si en un teatro colmado de aficionados uno de ellos gritara: FUEGO.
La Estadidad, que nunca se le ha ofrecido a Puerto Rico es y siempre ha sido el CUCO COLONIAL de Washington.
Y lo es ahora más que nunca en el 2016 ante la quiebra moral y económica de nuestra patria y la revelación de las mentiras sobre las cuales se ha sostenido un régimen colonial con el título de Estado Libre Asociado.
Sólo una minoría de congresistas sabe de nuestra isla y entiende su relación política con la nación que la invadiera en el 1898. No obstante, conoce a los puertorriqueños que viven ‘allá’. De unos tres millones de migrantes por lo menos un milloncito se ha asimilado a esa sociedad, habla su inglés con preferencia y pretende vivir el llamado ‘american dream’.
Eso no ha ocurrido en nuestro ambiente isleño; por el contrario, en Puerto Rico se atesora el idioma español así como las tradiciones y costumbres de su acervo cultural hispánico.
Los invasores no vinieron a liberar a los puertorriqueños de España como tampoco a instituir un sistema democrático de gobierno. Su gran propósito de conquista fue asegurar un territorio que tuviera valor estratégico militar en el Caribe como guardián del Canal de Panamá y en los albores de una guerra mundial. La Ley Foraker del 1900 formalizo la Colonia y la Ley Jones de 1917, al imponerle la ciudadanía ‘americana’ a un millón de boricuas que no entendían inglés pretendía asegurar su lealtad al imperio que se encontraba en la antesala de una guerra mundial.
Lo mejor de los “dos mundos” duró hasta el año 2016. El Tribunal Supremo de los Estados Unidos aceptó estudiar y decidir sobre un caso de ‘double jeopardy’ en el que nuestro Tribunal Supremo resolvió que Puerto Rico, siendo un territorio y no un estado federado, no puede procesar a una persona que haya sido absuelta, convicta o expuesta a serlo por el mismo delito en los tribunales federales. El fundamento para la decisión es la ausencia de soberanía dual entre Puerto Rico y el gobierno federal.
Los estadolibristas y el Partido Popular Democrático quedarían sin proyecto político dando paso a una confrontación entre las alternativas de Estadidad e Independencia. Los independentistas sabemos que los congresistas ‘americanos’ le huyen al estadoismo como el Diablo a la Cruz y por esa razón serían muy capaces de financiar la Republica de Puerto Rico, idea muy afín con su proyecto de ‘nation building’ del que tanto cacareaban en el oriente medio. Y sería una ayuda que nos hace justicia por 117 años de coloniaje, tanto el abiertamente reconocido como el disfrazado por 63 años vividos bajo la tutela de un Estado Libre y Asociado, estatus, que a la postre, nos ha llevado a la quiebra económica y a la desgracia de haber sido víctima de un FRAUDE.
SI, PODEMOS SER LIBRES