Crece la resistencia
Tan pronto la Junta de Control Fiscal enseno sus garras imperiales y se apodero de los instrumentos financieros y de la autoridad gubernamental en Puerto Rico, los puertorriqueños respondieron al abuso con manifestaciones de repudio y rechazo a esa agresión antidemocrática. Pura violencia jurídica.
Tanto en Nueva York como en la Isla proliferaron las protestas que culminaron en encontronazos violentos entre protestantes y la policía.
Barack Obama, al firmar la Ley de Promesa, violo los más elementales principios del sistema democrático que él y los Estados Unidos alegan representar y que promueven urbi et orbi. Si el colonialismo es un CRIMEN no hay posibilidad de que cualquier tribunal competente no inculpe y condene a un gobierno que abiertamente admite la violación de los derechos civiles de los puertorriqueños residentes en su patria: Puerto Rico.
Ninguna nación tiene el derecho de poseer a otra y por eso la mera presencia de las autoridades estadunidenses en Puerto Rico es ILEGAL.
Siendo así hoy y habiendo sido igual por 118 años cualquier juicio inteligente tiene que considerar que, habiendo la colonia incurrido en deudas montantes a $70 billones, el Imperio que dominaba su vida y hacienda tiene obvias responsabilidades con el pago de lo adeudado. l
Por eso, ante la campaña eleccionaria más alocada e irracional que jamás se haya desarrollado en los Estados Unidos nada favorable a nuestras causas podemos esperar los puertorriqueños. Ningún presidente de esa nación nos ha tratado con la decencia de la igualdad que nos merecemos como seres humanos tan civilizados como ellos. Todo lo contrario. La Ley de PROMESA es una versión moderna y sofisticada de la esclavizante Ley Foraker.
El presidente Barack Obama, un intelectual diplomado profesor de Derecho Constitucional ha sido nuestro peor carcelero, de jure y de facto. Su insensibilidad hacia el martirio que sufre nuestro Oscar Lopez Rivera se manifiesta también con su indiferencia en cuanto a nuestra crisis fiscal y humanitaria.
Y los llamados demócratas boricuas en esta Isla le rinden pelitesias cada vez que dice, promete y NADA hace por nosotros. Obama ha sido un fraude para los puertorriqueños y para sus hermanos de raza. No debe pasar desapercibida su acción de que, además de firmar la Lay PROMESA tuvo la delicadeza de empaquetar la Junta Imperial con republicanos de extrema derecha.
En ese extremo tenemos la amenaza de Donald Trump que no ha tenido igual en ningún carnaval electorero de su America the Great. Trump es un mini holocausto. Pero no vayan a creer que Hillary Clinton es ‘amiga’ de los boricuas. Si luce en la campaña es por el inmenso oscurantismo que destila el troglodita Trump.
Como ven amigas y amigos boricuas, hemos sido despreciados por todos los presidentes ‘americanos’, hayan sido ellos inteligentes, mediocres o llanamente brutos. La Ley PROMESA es el segundo Carimbo que nos dejamos aplicar para rubricar el estigma de la inferioridad que nos espetaron en 1917 cuando nos desnacionalizaron espetándonos su ciudadanía ‘americana’ de pacotilla. Y esa es la que hace tiempo nos tiene de rodillas haciéndole reverencias al amo anglosajón.
Pero esta vez vamos a resistir. Vamos a protestar y a desobedecer porque esa DEUDA no es solo nuestra; porque no vamos a seguir siendo PERTENENCIA de los yanquis; porque la Junta de Control Fiscal es un cuerpo FASCISTA que no tiene cabida en ningún sistema político de corte democrático; porque el COLONIALISMO es un crimen y porque no hay nada más inmoral que la ESCLAVITUD.