El proyecto político del Partido Popular Democrático vuelve a ser la liberación de Puerto Rico, idea esencial que inspirara su fundación en 1938.

Sus contingencias socialistas eran obvias en consonancia con el pensamiento y voluntad de Luis Muñoz Marín quien, al triunfar en 1940 y hacerse de un liderato cuasi dictatorial negoció el ideal independentista por el poder económico que Washington ponía en sus manos para que su partido de la Pava barriera en las elecciones de 1944 y ya en 1948 fuera electo gobernador de Puerto Rico para, de ahí en adelante, determinar el destino político de los puertorriqueños.

Habiendo ya descartado la Independencia (“sería la ruina económica de Puerto Rico”) Muñoz Marín optó por una fórmula de asociación con los Estados Unidos que calificó como ‘libre’ y por lo tanto descolonizadora. La identificó como el Estado Libre Asociado. Y con la complicidad del gobierno imperial, se la vendió como legítima al electorado boricua y al mundo avalado ese status por las Naciones Unidas en 1953.

La veracidad y legitimidad de estos relatos históricos fueron impugnados inmediatamente por el Lcdo. Vicente Géigel Polanco en su libro La Farsa del Estado Libre Asociado, pero Muñoz Marín no perdió tiempo desmintiendo la tesis de su amigo y consejero procediendo a expulsarlo del Partido Popular y del gobierno. Unos sesenta años pasaron para que el tiempo le diera la razón a Géigel y sus compañeros independentistas.

Llegó el momento (año 2016) en que la mentira fue denunciada cuando Puerto Rico se ahogaba en medio de una crisis fiscal espantosa. La Corte Suprema de los Estados Unidos certificó lo que ya era vox populi: Puerto Rico nunca ha dejado de ser una colonia desde el 1898 hasta el 2016. Y así ante millones de puertorriqueños decepcionados aún más por el maltrato de Washington en la última década, el Parido Popular se ha quedado sin proyecto político y se enfrenta a su pasado porque una de las alternativas descolonizadoras, que no requeriría aval del Imperio; es precisamente, la INDEPENDENCIA.

Por eso, la Junta de Gobierno del PPD bajo el liderato de David Bernier tiene que considerar seriamente la Independencia de Puerto Rico, proyecto que no necesita el aval de Washington ya que es un derecho inalienable de nuestro Pueblo. como lo ha sido de TODOS los Pueblos.

Una mayoría de la masa Popular es nacionalista o si se quiere, puertorriqueñista. O sea, aunque intoxicada por el colonialismo, creen en la nación puertorriqueña. Y es por eso que, para lograr el ideal supremo de la libertad, y la soberanía descolonizadora definitiva, necesitamos el concurso electoral de esos populares que creen ser parte de una nación: Puerto Rico.

La Junta de Gobierno del PPD tiene la responsabilidad y el derecho de proponerle a sus militantes la alternativa de la Independencia como la mejor opción. Una independencia financiada en parte por la indemnización económica que corresponde a nuestro Pueblo por 118 años de un coloniaje explotador.

Eso es lo que mandan las circunstancias históricas del momento porque se trata de que es Ahora o Nunca.