Bernie Sanders es visto como un socialista que ha osado optar por la presidencia de los Estados Unidos de América, templo y oráculo de la libre empresa y del mundo capitalista representado por Wall Street.

El socialismo es un sistema económico diseñado para procurar una más justa distribución de la riqueza; esa riqueza que es, precisamente, el gran propósito del capitalismo, versión económica darwiniana en la que el individuo aprovecha sus libertades para maximizar su enriquecimiento personal, indiferente a la pobreza y sufrimientos de sus semejantes. He ahí la causa de las trágicas desigualdades económicas y sociales que estremecen los cimientos de la sociedad ‘ americana’.

Asociar al socialismo con las dictaduras crueles y sanguinarias de este mundo es ni conocer ni entender de lo que se trata. El capitalismo y las democracias han producido su magna cuota de dictadores como lo fueron Hitler, Trujillo, Duvalier, Pinochet, Somoza y una retahíla de monarquías urbi et orbi. Si cruel fue el comunismo soviético bajo Stalin no menos lo fue el nazismo de Hitler en Alemania o el del capitalista Trujillo en República Dominicana.

En mi blog titulado “Todo es de todos”, es obvio que se trata de una definición de COMUNISMO pero no el que prostituyó José Stalin. sino el que predicó Jesucristo y por el cual fue crucificado por los ricos de Jerusalem. A Cristo no lo crucificaron por alegar ser el Hijo de Dios sino por atacar a los ricos señalándoles su dificultad para entrar al reino de los cielos. Es el comunismo cristiano que atiende las necesidades de los pobres y el de compartirlo todo que practicaban los indios Taínos en Puerto Rico antes de que llegaran los españoles para ‘salvarlos’, con sus biblias y cruces.

Hago estas aclaraciones para los pitirres y terroristas de las redes sociales que, a pesar de sus críticas, agradezco el que me lean consecuentemente. No los culpo ya que han vivido bajo la influencia de un imperio capitalista como nunca se había visto en nuestro mundo. Cuando la revolución cubana se decide por el socialismo se enfrentó a los Estados Unidos que hizo todo lo imaginable para destruir su gobierno obligando a los revolucionarios a contra atacar para sobrevivir. Hace tiempo que no se habla de paredones en Cuba,

Por el contrario, se habla de su excelente sistema educativo y como cientos de doctores cubanos andan por distintos países brindando gratuitamente sus servicios. Han sido innumerables sus éxitos en el deporte, así como su enorme contribución a la salud y a la investigación científica. Pero volvamos a Sanders.

Bernie Sanders es el único candidato que merecería ser presidente de los Estados Unidos, para bien de su nación y de la humanidad. El éxito de la candidatura de Donald Trump es reflejo de la ignorancia y prejuicios que encarna a una mayoría del electorado ‘ americano’. El triunfo de un republicano en noviembre promete peligros de todas clases. Y en cuanto a Hillary Clinton, su expediente político no la recomienda como confiable. Pero la consigna en noviembre será: cualquiera menos Trump.

La verdad es que la palabra de Bernie y sus ideas, superan por mucho la de los favoritos Clinton y Trump. Pero como dijera un congresista ‘americano’: “we will never elect a socialist to the White House”

La cantidad de votos que ha recibido Bernie Sanders acreditan su valía que se basa precisamente en la palabra, en fin, en ese mensaje revolucionario que ataca los pilares de una sociedad injusta y en convulsión. Sus setenta y cinco años, sin maquillar, suman mucha sabiduría y un entusiasmo valiente para señalar a los culpables de que Estados Unidos sea una nación moral y políticamente desacreditada.

En cuanto a Puerto Rico, muy poco ha dicho Bernie Sanders. Nadie quiere tocar esa llaga colonial. En eso, Bernie ha sido un político más. Ahora mismo no se le ven posibilidades de triunfo y se eliminará en el laberinto de las primarias hechas a la medida de un antidemocrático sistema de colegios electorales. Pero recordaremos su palabra, su verbo y su mensaje revolucionario apoyado por millones de ‘ americanos’.

Mientras Bernie Sanders queda fuera de la competencia primarista muchos en la alta jerarquía del gobierno estadunidense tiemblan al pensar lo que sería el mandato presidencial de un Donald Trump. Sus adelantos sobre Foreign Policy meten miedo, tanto así que en su empeño por hacer a ‘America Great’ este energúmeno sería capaz de iniciar una tercera guerra mundial. Así de serio es el asunto.