Trump luce presidencial
Donald Trump será el candidato del GOP para presidente de los Estados Unidos.
Lo que comenzó como una caricatura en el 2015 acaba de convertirse en una realidad amarga al surgir Trump como el favorito para conseguir la nominación presidencial del Partido Republicano en los Estados Unidos gracias a las palizas primaristas que le propinó a Ted Cruz y a Marco Rubio en New Hampshire y en Carolina del Sur.
Esos resultados asustan. Para empezar, nos obliga a todas las personas cuerdas y pensantes en este mundo a cuestionar el buen juicio del electorado estadunidense al preferir a un hombre que expone abiertamente prejuicios de tipo racial, étnicos y religiosos sin consideración alguna de quienes ofende con expresiones vulgares que rayan en pura grosería.
Un Donald Trump presidente de los Estados Unidos se convertiría en la persona más poderosa del planeta, capaz de hacerle la guerra y liquidar a cualquier país del mundo. Se trata de un hombre que discrimina contra latinos y contra islámicos al extremo de prohibirles la entrada a los Estados Unidos y hasta deportar unos once millones de migrantes que viven ilegalmente en su América.
Desde la perspectiva de Puerto Rico pienso en los miles de anexionistas añorando un trato justo de un gobierno ‘americano’ completamente indiferente a ese puertorriqueño que quiere se le reconozcan sus derechos ciudadanos y que, aún en los Estados Unidos, se le trata como un latino extranjero, tal y como lo hacen con mexicanos, salvadoreños, y sudamericanos. El triunfo de un Donald Trump prácticamente liquida el estadoísmo en nuestro país. Este individuo con posibilidades de ser presidente del imperio difícilmente podría ganar una primaria para gobernador de una colonia como Puerto Rico. Y eso habla muy mal del juicio del electorado en esa nación más sub desarrollada en educación de lo que tantos ingenuos en nuestra Isla se imaginan.
Impresiona y confunde ver como miles reaccionan a sus discursos triunfalistas con estribillos infantiles propios de estudiantes de escuela superior. Apoyar a Trump es un homenaje a la ignorancia y al resentimiento fanatizado.
Pero no somos los puertorriqueños quienes seríamos los más perjudicados por un Trump en La Casa Blanca. Imagínense los temores que se desarrollarían en Irán, Rusia, Siria, Turquía, Irak , Corea del Norte y siga usted por ahi. Porque el lema de: ‘To Make America Great Again ‘ sugiere conflictos, mollero y violencia.urbi et orbi.
No es casualidad que sus adversarios más fuertes sean conservadores como Ted Cruz y Marco Rubio, ambos respaldados por evangélicos y ambos prometiendo mucho de lo que promete Trump pero con moderación. A la alta dirección del GOP, llámele ‘la ‘vieja guardia’, no le hace ninguna gracia el fenómeno trumpista.
¿Cómo derrotar a Trump?
Pienso que podrían lograrlo en la Convención de Julio coordinando una alianza entre Cruz y Rubio para descarrilar el tren de Mr. Trump. Me imagino a Donald impugnándolos a ambos porque son cubanos.
Mientras se desarrolla este drama primarista en la política electoral de los Estados Unidos, o digamos esta comedia, Barack Obama sigue procrastinando en todos los frentes, hablando mucho y bonito, pero haciendo o logrando poco. Ningún otro presidente ha sido tan mezquino con Puerto Rico y asombra a todos el pensar que un abogado constitucionalista como Obama duerme tranquilo completamente indiferente a la realidad de que su gran nación, o como él le llama ‘the greatest nation on earth’, mantiene una colonia en el Caribe; un Puerto Rico que, siendo una nación, PERTENECE por disposición del US Constitution al paladín de las democracias. Eso es una vergüenza.
Obama obvia también la crasa violación de la soberanía de Cuba manteniendo posesión y control sobre la Base de Guantánamo. El legado de su presidencia, decepcionante por demás, tiene nombre: UNA PROMESA INCUMPLIDA.
Eso ha sido Obama en sus ocho años de presidente con el asterisco de haberle negado al patriota Oscar López Rivera la libertad que hace tiempo ha merecido.