¿Pero cómo es posible que un contratista de Thomas Rivera Schatz sea nombrado director del escrutinio general de las elecciones del 3 de noviembre?

La respuesta es sencilla: es posible porque la ley se lo permite al presidente de la Comisión Estatal de Elecciones.

Supongamos que el titular de la CEE, Francisco Rosado Colomer, designó a Ferdinand Ocasio sin saber que el presidente del Senado lo tenía bajo contrato.

En ese caso, Ocasio tenía la obligación moral de comunicarle a Rosado Colomer su relación contractual con Rivera Schatz, cuyos votos como candidato a la reelección deben someterse al escrutinio general que su contratista dirige.

Y si no lo hizo, a Rosado Colomer le correspondía rescindir su contratación como director de escrutinio tan pronto se enteró de la situación.

Por supuesto, cabe la posibilidad de que Rosado Colomer supiera que Ocasio era contratista de Rivera Schatz cuando lo reclutó para dirigir el escrutinio y, en ese caso, el presidente de la CEE debería salir por la misma puerta que su fichaje.

Ocasio no tiene experiencia en trabajo electoral, según se ha dicho. Entonces, ¿cómo llegó a la CEE? ¿Quién se lo recomendó a Rosado Colomer?

El nombramiento de Ocasio —que el miércoles fue puesto en cuarentena debido a que compartió con un empleado de escrutinio que dio positivo a Covid-19– ya está en la picota. Dos comisionados electorales han reclamado su cese.

Las interrogantes necesitan ser respondidas. Señor Rosado Colomer, su turno.