Otra vez las mascarillas
Que las mascarillas tenían que regresar era cuestión de tiempo. En realidad, el gobierno las descartó demasiado pronto.
El fallo no ha sido exclusivo de Puerto Rico. Son muchos los países que las han ido descartando. De hecho, en Estados Unidos lo raro es que las exijan desde hace meses.
La ciudad de Filadelfia reinstaló hoy el requisito de mascarillas en espacios interiores. Puerto Rico no ha ido tan lejos, de momento, pero ya se decidió exigirlas en actividades en las que se reúnan más de mil personas.
Demasiado laxa la regla, para mi gusto. Pero seguramente pronto habrá que ampliar su alcance, a la luz del alza en la prevalencia del COVID-19 con su variante Ómicron y la subvariante que ya empieza a elevar nuevamente los contagios.
En España, las mascarillas en interiores solo serán obligatorias en hospitales, centros de salud y farmacias a partir de esta semana, a pesar de que aquí también han subido algo los contagios y aún se desconoce el efecto que tendrán sobre la población las recientes vacaciones de Semana Santa. Millones de personas se desplazaron por avión, tren o carreteras en esos días.
El caso es que la pandemia no ha terminado. El confinamiento masivo de la población china de Shangai debería servirnos de aviso, pero los gobiernos han comenzado a priorizar la economía sobre la salud y han relajado cada vez más las precauciones, descansando en las tasas de vacunación.
Esperemos que el resurgimiento que estamos viendo del virus sea leve o que, cuando menos, la nueva variante que se anticipa sea igual o menos sería que la Ómicron.
En todo caso, seamos precavidos. Tengamos a mano las mascarillas y usémoslas aunque no sean requeridas.