Luma: acción, no más palabras
Cuando entre en vigor este martes el contrato de Luma, la Autoridad de Energía Eléctrica será historia, pero no como ocurrió muchos años atrás cuándo simplemente cambió de nombre.
No es lo mismo dejar de llamarse Autoridad de Fuentes Fluviales para ser AEE, que dejar de ser AEE para convertirse en Luma Energy.
Junio de 2021 marcará el comienzo de una nueva era que no sabemos con certeza si será mejor, pero que sospechamos que traerá el desastre.
Para los detractores de la AEE, que en años recientes han crecido dramáticamente en número a causa de los apagones, Luma es sinónimo de estabilidad en un sistema eléctrico que no sirve.
Ahora van a llover los millones (de nuestros bolsillos y de fondos federales que salen de otros bolsillos) para que Luma obre el milagro que se le negó a la AEE.
La infraestructura eléctrica de Puerto Rico está en cantos y no es por culpa de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (la odiada Utier), sino de las distintas administraciones de gobierno que la exprimieron hasta la muerte sin permitirle renovarse.
Ha sido la crisis, dirán muchos, lo que impidió a la AEE sobrevivir. Un monopolio gubernamental que controlaba la electricidad, la joya de la corona de tiempos idos, fue incapaz de regenerarse.
Estos son los tiempos de las energías renovables. Todo el mundo lo reconoce, menos Estados Unidos, claro está. La era de los combustibles fósiles pasó y ya no vale pasar del petróleo al gas natural, que es la transformación que va a traer Luma.
En un país tropical en el que abundan el sol y el viento, parecería que los proyectos sostenibles están vedados. Y no les da vergüenza ver el éxito de Casa Pueblo en Adjuntas.
A partir de este martes, los que soñaban con eliminar a la AEE dizque para poner fin a los apagones ya no podrán culpar a la Utier. En el principio, el fantasma del sindicato seguirá siendo el culpable de todos los males, pero luego, ya veremos.
Adelante, Luma. Es hora de dejar atrás las palabras y pasar a la acción. Que Dios nos coja confesados.