El aislamiento será largo. Mientras más temprano lo aceptemos, menos difícil será.

La pandemia del coronavirus está todavía en apogeo. Las señales de China, que va viendo la luz al final del túnel, no deben confundirnos. De hecho, los chinos reportan un mejoramiento dramático de la situación, pero mantienen en vigor las medidas de distanciamiento social.

España, donde estamos en la tercera semana de medidas extraordinarias, sigue desbordada por el virus. Con cerca de 5,000 muertes atribuidas al Covid-19, la enfermedad que causa el coronavirus, este viernes ha vuelto a subir la cifra diaria de fallecidos, con 769 en 24 horas.

En España estamos próximos al pico, el punto en el que se nivelará la curva ascendente de contagios, nos dicen a diario esta semana las autoridades sanitarias. Pero ese momento no llega.

Nivelar la curva, no nos equivoquemos, quiere decir mantener estabilidad en el número de contagios diarios. No significa que empiecen a bajar las cifras.

Puerto Rico, cercano y dependiente de Washington, apenas comienza su andadura en esta pandemia, que crece aceleradamente en Estados Unidos. No permitamos que la actitud errada de la Casa Blanca, que insiste en cuestionar las cifras y propone peligrosamente ponerle fin al distanciamiento social el 12 de abril dizque en aras de la economía, nos aparte de la ruta correcta.

El aislamiento en casa, las salidas mínimas y solo a las escasas actividades permitidas —como comprar alimentos y medicinas— nos permitirán contener la pandemia y eventualmente vencerla.

La gobernadora Wanda Vázquez ha extendido las medidas de distanciamiento social hasta el 12 de abril. Pero eso no será suficiente. Habrá que prorrogar, no una sino quizás muchas veces, e incluso endurecer, las medidas de protección.

Y habrá que predicar con el ejemplo. Las conferencias de prensa presenciales son innecesarias y peligrosas. La tecnología ofrece alternativas viables y mucho más seguras.

En España, por ejemplo, las ruedas de prensa del presidente Pedro Sánchez son telemáticas y los periodistas someten sus preguntas por Whatsapp. Las reuniones gubernamentales también han dejado de congregar a los funcionarios e incluso los jefes de los gobiernos europeos se reunieron el jueves telemáticamente para discutir medidas económicas a implantarse.

Aislamiento, pruebas a los sintomáticos y a su entorno, recursos médicos y hospitalarios suficientes: esta es la fórmula a seguir. Cualquiera que diga otra cosa está poniendo en riesgo su vida y la de muchas otras personas.

En el caso de Puerto Rico, urge también poner orden en el Departamento de Salud, no repetir los errores de la dirección anterior.

El manejo de la crisis provocada por el coronavirus debe seguir estando en manos del comité médico que encabeza el rector del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, Segundo Rodríguez Quilichini. Ojalá que la gobernadora se lo haya hecho claro a su nominado secretario de Salud, Lorenzo González.

La pandemia nos toca en año de elecciones. Que no piensen los candidatos, la gobernadora incluida, que los ciudadanos no están midiendo sus capacidades. Mejor momento, ninguno.

#yomequedoencasa