Se nos fue un grande del baloncesto
Murió Tinajón Feliciano.
Raúl nació en Ciales, paso por Naguabo y se crió en Rúo Piedras donde se hizo famoso jugando baloncesto con los Gallitos de la UPR y luego con los Cardenales de Río Piedras. Y pensar que vino del banco para con sus escasos seis pies (y pies planos) revolucionar ese deporte para que hoy los que escribimos su historia podamos afirmar que el basket boricua tiene dos etapas: la de antes de Tinajón Feliciano y la que vino después.
Su ‘coach’, Víctor Mario Pérez pulió sus destrezas y cuando hizo de él una obra maestra, decidió que Tinajón de por si era un sistema de juego ofensivo. Tanto así que se multiplicaron los puntos en todas las pizarras de la Isla como también los fanáticos que pagarían por ver a este fenómeno, todavía teenager que anotaba casi la mitad de los puntos de su equipo
Y en 1951 condujo a los Gallitos al Campeonato Nacional y se llevó todos los honores individuales que incluyeron rebotes y asistencias. Y como gardeaba! Ese año, mi equipo de Santurce perdió en el partido fina contra la UPRl y en poco tiempo Feliciano ya estaba fungiendo como juez en Salinas y firmando una corta estadía con los Santos de San Juan.
Ibrahim Pérez, historiador deportivo como pocos, ha escrito una biografía completa de Tinajón donde se detallan sus ‘números’ que fueron y todavía son fabulosos.
Raúl fue un hombre inteligente y un crédito para su profesión y muchos se sorprenderían de su buen humor. Víctor Mario Pérez, su mentor, vio en Tinajón a un súper dotado del basket con cualidades de líder. Y no se equivocó. Sus hermanos Rubén y Lino también jugaron y tuvieron sus noches buenas a la sombra de su hermano menor.
En ese baloncesto romántico, Tinajón era siempre el cheche de la película. Representó a Puerto Rico en Juegos Centroamericanos y en visitas de equipos de Long Island, Cuba y Kentucky. Y amigos y amigas, jugar la posición de centro en contra de adversarios que le llevaban seis pulgadas de estatura era un proyecto.
Al dedicarse a su profesión de abogado abandono por algún tiempo su participación en las canchas las cuales tuvo que dejar al no poder dedicarle tiempo necesario para seguir siendo el campeón en ese deporte.
Pont Flores le llamo el mejor enterrador de la comarca y esta terminante prohibido olvidarlo. Por tal razón se encamina un proyecto para hacerle un mural en Río Piedras para que los que no lo conocieron, lo conozcan y para los que le conocieron nunca lo olviden.
Raúl Tinajón Feliciano fue un héroe nacional y un inmortal Magna Cum Laude del deporte puertorriqueño. ¡Que descanse en paz!