He seguido de cerca las actuaciones del equipo de Dallas en la NBA y creo que Rick Carlisle ha perdido algún control de sus jugadores. El veterano y exitoso mentor no parece poder encontrar una combinación ganadora. Y como dije antes, no es que los Mavericks pierdan partidos sino la tremendas palizas que últimamente han recibido aún jugando en su casa como sucediera el viernes cuando San Antonio los sacó de la cancha en la primera mitad.

Insistiendo en utilizar una rotación amplia, proliferan las sustituciones con Carlisle y ha llegado al extremo de que se ha afectado el acoplamiento. Eso pasa en las mejores familias. Al paso que van los pupilos de Mark Cuban pronto caerían en el sótano de su grupo..

La inconsistencia de sus gares, el cansancio de Nowitzki y una defensa pobre en la pintura se ha combinado para provocar la racha perdedora que ahora sufre el equipo. El propio Barea ha perdido confianza y hay que tomar en cuenta que Deron Williams se lastima con frecuencia.

Lo que vimos el viernes en Dallas fue un desastre y en una liga que es un súper negocio no hay franquicia que pueda asimilar esas palizas sin que se produzcan cambios importantes.