La reina del deporte
Se trata de la tenista Venus Williams.
La proclamo figura deportiva ejemplar. Es así por su talento, su humildad en su grandeza y su conducta generosa dentro y fuera de las canchas. A los 36 años, todavía demuestra las habilidades que la llevaron a conquistar el prestigioso Torneo de Wimbledon, no una vez, sino en cinco ocasiones.
Viéndola competir en Indian Wells, uno asombra de ese talento que todavía la caracteriza y que se refleja en sus golpes de “forehand” y de “backhand”, así como su poderoso servicio. Ya no gana torneos como antes, pero da gusto verla jugar porque para mí resume todo lo bueno que hay en la idea deportiva: generosidad, gentileza y humildad.
Hoy en día se ventean los héroes millonarios en los distintos deportes, pero tantas veces lo que reflejan en el terreno de juego es agresividad y un antipático apetito por el triunfo y por doblegar a su adversario, a quien tantas veces ofenden con sus desplantes.
El comportamiento de Venus Williams en la cancha y fuera de ella personifica todo lo bueno que hay en el deporte. Distinto a su hermana Serena, que hoy gana todos los torneos, Venus jamás sería capaz de ofender a un árbitro o a un juez de línea. Da gusto ver jugar a esta mujer, no solo porque todavía muestra habilidades superiores, sino porque lo hace con elegancia y repito, generosidad hacia su oponente y hacia la multitud en las gradas y por la televisión que sigue sus ejecutorias.
El deporte no es meramente una exhibición de fuerza y talento con el único propósito de vencer. Es una expresión de amistad compartiendo una experiencia de afectos que tantas veces dura para toda la vida. También es una manifestación de honradez, cumpliendo con los sagrados principios del “fair play”, base de la ética humanística.
Una revista como “Time” muy bien podría poner a Venus Williams en su portada como la Reina del Deporte, de todo el ideario deportivo. Porque eso es exactamente lo que es esta mujer extraordinaria que admiro como a ninguna otra figura deportiva.