Todo dirigentede baloncesto debería aprender a jugar ajedrez porque el llamado ‘juegociencia’ es un laboratorio de estrategias y tácticas.

Al ‘coach’Popovich de los Spurs de San Antonio le preguntó un periodista: “¿Cuál es susistema de juego favorito?” La contestación dice mucho: “¿Dime quiénes son misjugadores? La enseñanza es obvia. El sistema de juego (la estrategia) dependeráde los valores tácticos con que cuenta (los jugadores). Por eso, el buendirigente no adapta sus jugadores al sistema de juego sino que diseña el sistemade acuerdo al valor táctico (talento) de sus jugadores.

Cada ajedrecistacuenta con los mismos valores tácticos (las piezas) siendo la única ventaja quela primera movida la hace el que maneja las piezas blancas. Esas piezas notienen el mismo valor táctico como por ejemplo la dama es la superior y latorre es superior al caballo y al alfil. Pero cuando uno de los ajedrecistaspierde un caballo o un alfil por un peón, esa ventaja usualmente significa suderrota.

Sin embargo,puede darse el caso que los conocimientos de estrategia y táctica de un jugadorson tan superiores que podría darle ventaja de material a su oponente y aún asíderrotarlo. En el baloncesto una cuarteta de LeBron James, Kevin Durant, DwightHoward y Paul podría vencer a cualquier equipo de escuela superior de cincohombres a pesar de que estaría en desventaja de un canastero. Y la razón esque, dado la superioridad táctica de sus cuatro hombres cualquier estrategiasería ganadora (aún la de 4 contra 5).

El mayor valortáctico de nuestro Equipo Nacional en España sería que con José Juan Barea enla uno y Carlos Arroyo en la dos tendríamos una dupleta de gares que compara entalento con cualquiera que presenten nuestros adversarios más fuertes. Unanalista podría opinar que esa combinación no es tan buena defensivamente y alplantearse esa crítica hay que determinar si la gran ventaja que nos daría enla ofensiva compensa por esa debilidad en el gardeo.

Para seguir conese análisis, si usas a Arroyo y a Huertas en el ‘backcourt’ mejoras la defensa,pero sacas de armador a nuestro mejor hombre (Barea) acompañado por Arroyo quees nuestro mejor escolta.

En cuanto aestrategia, sería desperdiciar el valor táctico ofensivo de Arroyo y Barea alno propiciar un juego de carrera, tanto en la transición como en el ‘fastbreak’. Con un trío de Arroyo, Barea y Vassallo nos convendría convertir eljuego en un ‘tres pa tres’ a cancha completa o sea un juego en que los hombresgrandes participen menos de la ofensiva, algo que definitivamente harían si nosdecidimos por un sistema ofensivo de ‘mitad de cancha’.

Algunosfanáticos piensan que muchas veces abusamos del tiro de tres puntos. No se dancuenta de que esa estrategia surge de la realidad de no tener un pivote comoPiculín Ortiz que nos represente un valor táctico superior en la pintura. Losequipos de inferior estatura y mollero tienen que morir con la velocidad y lapuntería en los tiros a distancia.

Una de las guíasque nos brinda el ajedrez aplicado al baloncesto  es la capacidad para identificar fallastácticas en al oponente para de alguna manera aprovecharlas en nuestrossistemas sean ofensivos o defensivos.

Pero en esteasunto de implantar sistemas de juego nada resume mejor el problema que lacontestación de Popovich al periodista: “dime quienes son mis jugadores”.