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Vienen tiempos mejores para Danny García

 

Aunque ganó la pelea que tal vez debió haberle elevado a otro nivel, Danny García realmente perdió la gran oportunidad de darle un nuevo giro a su carrera cuando, el 15 de marzo de 2015, hizo la que hasta ahora ha sido su única pelea en Puerto Rico.
Para esos entonces, según se recordará, el filadelfiano de ascendencia boricua era un invicto campeón junior welter de la AMB y el CMB que parecía a punto de quedar abrazado por la fanaticada boricua como su nuevo querendón, convirtiéndose en algo así como una nueva versión de Héctor ‘Macho’ Camacho aunque, naturalmente, sin gozar del carisma del Macho Man.

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Danny García golpea a Robert Guerrero.

 

Lo tenía todo: triunfos devastadores sobre figuras de alto relieve como Amir Khan, Erik Morales y Lucas Matthysse, una personalidad agradable y un padre chillٕón y belicoso que se ganaba el afecto de sus partidarios y el odio de los de sus contrarios.
Pero su romance con Puerto Rico terminó abruptamente cuando tuvo que sudar la gota gorda para derrotar al mexicano Mauricio Herrera.
Peor aún, hasta puede decirse que la mayoría de los medios le vieron perder la pelea y, al parecer, Danny y su grupo llegaron a la conclusión de que el esfuerzo especial que él hizo durante la promoción para ganarse a la fanaticada boricua a la larga terminó desconcentrándole y eso se reflejó en su rendimiento pugilístico.
Tampoco ayudó, claro está, el hecho de que Danny estaba en el medio al amargarse la relación entre su representante, Al Haymon, y su promotor, Oscar de la Hoya, una relación que terminó cuando el Golden Boy finalmente optó por dejarle ir a principios del año pasado.
Y mientras que a De la Hoya, como un promotor experimentado que también tiene intereses en Puerto Rico, tal vez le hubiese interesado seguir arando el suelo boricua en un intento por cosecharle una fanaticada fiel, a Haymon lo único que parece interesarle es aumentar geométricamente su cuadra de peleadores y sus programas televisados.
Así, en vez de tener la posibilidad de presentarse ocasionalmente ante un enardecido público boricua que le respalde como a uno de los suyos, con gritos, banderas y camisetas en que aparezca su foto, Danny, quien nunca ha peleado en Filadelfia, ha quedado condenado a pelear casi siempre frente a públicos neutrales o indiferentes; fanáticos del boxeo que quizás corean su nombre en determinado momento, sí, pero no seguidores entregados.
Con el tiempo fue creciendo también la antipatía que parecen tenerle los medios de los Estados Unidos, los cuales lo ven como un campeón ultra protegido por Haymon, que lo ha enfrentado a rivales como el inepto Rod Salka y el envejecido Paul Malinaggi, y beneficiado por otra decisión sumamente dudosa frente a Lamont Peterson.
Si se suman todos esos factores, entonces es fácil ver por qué a estas alturas, con una edad de 27 años y un récord de 31-0 y 18 nocauts, en vez de estelarizar una presentación multimillonaria de ‘pay-per-view’ al disputar la vacante corona welter del CMB el sábado frente a un público delirante, Danny lo hizo ganándose una bolsa de $1.5 millones en el Staples Center de Los Angeles en una transmisión por ‘televisión abierta’ (FOX) como parte de la serie Premier Boxing Champions del propio Haymon.
¿Su rival? Robert Guerrero, un excampeón zurdo de ascendencia mexicana de 32 años de edad con marca de 33-3-1 y 18, guapo, lento y aguerrido, que usualmente ofrece peleas emocionantes gracias a su buena quijada y escasa pegada.
En 2013, Mayweather jugó con él durante 12 asaltos. El año pasado, Keith Thurman, el campeón de la AMB, le dio una paliza y le ganó con tarjetas de 120-107, 118-109 y 118-108.
Para colmo, en gran parte fue una pelea monótona: Danny tuvo un lento comienzo, hasta el extremo de que dos de los principales cronistas boxísticos de Estados Unidos –Dan Rafael, de ESPN.Com y Kevin Iole, de Yahoo.com-, les dieron a Guerrero los primeros asaltos.
En sus ‘twits’, Iole no puso arriba a Danny hasta que le dio el noveno asalto y veía la pelea 5-4, mientras que Rafael, a la larga, solo le vio ganar 115-113.
La pelea la salvó un último asalto a palo limpio, como si Danny se empeñara en dejar un buen sabor y Guerrero, quien devengó $1.2 millones por sufrir su tercera derrota en cinco peleas, en garantizarse al menos otra buena bolsa.
Al final, los tres jueces vieron ganar a García 116-112.
Con suerte, Danny, quien es un excelente peleador con pegada y buenos recursos boxísticos aunque se especializa en el contragolpeo, podría encaminarse ahora a peleas que finalmente le ayuden a adelantar su carrera: el CMB le colocó como su retador obligatorio para su próxima salida al británico Amir Khan, a quien Danny noqueó en 2012, y también se habla de una pelea unificatoria con el invicto campeón de la AMB que participó como comentarista en la transmisión por televisión, Keith Thurman, quien, aunque se halla invicto, ha visto cómo se ha ido desinflando su reputación y en su último combate se puso a huir y a pelear a la defensiva cuando el veterano Luis Collazo le faltó el respeto y solo se vio detenido por una cortadura.
Danny tiene grandes probabilidades de triunfo con ambos, según mi humilde opinión.

El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad.
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