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Una victoria de Cotto es muy posible

Para la época en que el neoyorquino Howie Albert, el gran ‘cutman’ y manejador de peleadores, dirigía la carrera del entonces campeón boricua Juan Laporte, la fórmula victoriosa que él hubo de esbozarle que este derrotara a Wilfredo Gómez en su célebre defensa del cetro pluma del CMB en 1984 sonaba bastante sencilla.

“Lo único que Laporte tiene que hacer”, me dijo confidencialmente, “es atacar a Gómez cuando Gómez quiera boxear… y boxearle cuando Gómez quiera intercambiar golpes”.

No era una teoría alocada: si algo tenía bueno Laporte eran su fortaleza física y su casi sobrenatural poder de asimilación, por lo que había base para suponer que el Bazooka no podría lastimarlo y, por el contrario, era casi seguro que su rival comenzara a hincharse o a sangrar rápidamente si el guayamés lo presionaba, como le había ocurrido a Gómez en prácticamente todos los combates que había hecho luego de su aplastante derrota de tres años antes frente a Salvador Sánchez.

Y para esa época Gómez, quien no era un virtuoso de la condición física, tendía a pelear intermitentemente y a veces lucía tan cansado que había que ayudarlo a llegar a su esquina.

Pero era una teoría un poco peligrosa: ¿qué pasaba si Laporte no lograba conectar muchos golpes efectivos si Gómez decidía boxearle? ¿O si Gómez, un gran pegador, lo lastimaba con uno de sus ganchos cuando asumiera el ataque?

Claro, la pelea en sí fue otra cosa: un Gómez que evidentemente había decaído bastante se apuntó una amplia victoria sobre un Laporte que, en gran medida, había dejado lo mejor de sí en el gimnasio.

En fin, recordé al gran Howie -muerto ya hace algunos años- tan pronto leí, días atrás, un comentario que ‘tuiteó’ el ahora entrenador de Miguel Cotto, Freddie Roach, tan pronto se confirmó la semana pasada la esperada oportunidad titular del cagüeño por el cetro mediano del CMB frente al argentino  Sergio ‘Maravilla’  Martínez:

“Amo la pelea de Miguel Cotto con Maravilla Martínez. Miguel apelará a presionar con inteligencia y a menos contragolpeo”.

Sí, ya sé que suena como algo que alguien dice solo por decir algo -al estilo de “ganará la pelea el que mejor condición física tenga esa noche”, lo cual no necesariamente es cierto-.

Pero Roach es un gran entrenador y acaba de recibir su sexto galardón como Entrenador del Año de la Asociación de Escritores de Boxeo de Estados Unidos, así que vale la pena que se le tome en serio.

¿Qué quiere decir realmente con ‘presionar con inteligencia’? ¿Que no se va a poner a lanzar golpes a lo loco, porque Martínez es un peleador de mucho movimiento y velocidad de manos, que puede aprovechar cada descuido suyo? Pues claro que sí, y eso se parece mucho a la fórmula de Howie Albert: ataca cuando el otro no esté en las de pelear. 

Pero ¿cuándo Cotto no ha presionado con inteligencia?

La otra frase (la de no contragolpear tanto) tiene que ver con la primera: Martínez es tan rápido, se mueve tanto y posee una ventaja tan amplia en alcance (seis pulgadas) que Cotto habría de exponerse a tener una noche muy larga si se pone a esperar que tire primero para tratar de colarle sus ripostas.

O sea, que no hay de otra: Cotto tiene que presionar, combinándolo con su buen boxeo, para hacer que Martínez vaya cansándose.

Y tiene sentido: después de todo, el zurdo Maravilla ya cuenta con 39 años (cumplidos el viernes pasado) y subirá al ring del Madison Square Garden el 7 de junio arrastrando 14 meses de inactividad, luego de que fuera operado de una fractura de la mano izquierda.

Martínez también ha sido operado dos veces de la rodilla, por lo que otro de sus atributos -sus movimientos- también pudiera no estar al cien por ciento.

Además, producto tal vez de la presión nada inteligente que le aplicara Julio César Chávez, Jr, cuando este tuvo en su esquina al mismo Freddie Roach, Martínez cayó malamente a la lona y apenas se salvó de un nocaut en el duodécimo asalto de ese combate celebrado en septiembre de 2012, evidenciando que su cuerpo había cedido ante el cansancio.

Otro factor es que, pese a su mayor veteranía, con la única excepción de su pelea con Chávez, el argentino no ha tenido tantas peleas ‘grandes’ como el boricua, quien, más allá de eso, contará con el respaldo de más de 20,000 enardecidos compatriotas cuando trate de convertirse en el primer purtorriqueño en ganar un cuarto título mundial en la víspera del Desfile Puertorriqueño.

Más de 20,000 fanáticos, de paso, que estarán coreando cada uno de sus golpes cuando presione la pelea frente a Martínez, aunque falle muchos de ellos.

Y hasta es posible que Martínez, debido a su edad y al desgaste de su cuerpo, en determinado momento acceda a arriesgarse más de lo acoatumbrado, en parte también debido a su gran orgullo y al odio que supuestamente le profesa al boricua debido a un incidente en el que, según se dice, este rehusó darle la mano cuando ambos coincidieron en un estudio de television hace algunos años.

En fin, que ahora creo que Roach está justificado en sentirse a gusto con la pelea: una victoria es muy posible.

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El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y acaba de publicar su primer libro, San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad.

(ceuyoyi@hotmail.com)

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