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La decadencia del ‘pay per view’

Hace unos días, al hablar de las próxima pelea de Miguel Cotto, señalada, según parece, para el 13 de diciembre en el Madison Square Garden, el promotor Bob Arum dijo que era poco probable que la misma fuera por ‘pay per view’.

“Creo que tenemos que empezar a dar más carteleras por televisión general”, dijo. “Nos hemos dado cuenta de que el ‘pay per view’, no importa si se trata de boxeo, de MMA (Mixed Martial Arts) o lucha libre, está teniendo números muy bajos”.

“La gente no está comprando ‘pay per view’  como solía hacerlo”.

El ejemplo claro de esto, dijo, fue la pelea de Cotto en junio contra Sergio ‘Maravilla’  Martínez, cuando apenas unos 350,000 clientes compraron la señal.

Otras recientes peleas de ‘pay per view’  que han tenido números decepcionantes han sido las de Manny Pacquiao contra Brandon Ríos (500,000), Canelo Alvarez contra Alfredo ‘El Perro’  Angulo (350,000) y la segunda de Pacquiao con Tim Bradley (375,000). 

En efecto, como dice Arum, el problema no se ciñe exclusivamente al boxeo: en un artículo reciente, Michael Hurchinson, de Lastwordsonmsports.com, informó que los números de las carteleras de UFC (Ultimate Fighting Championship) van en picada.

En 2006, por ejemplo, solo hubo una cartelera de UFC que vendiera menos de 300,000, mientras que, en lo que va de 2014, tres de las seis lo han hecho, incluyendo un programa que apenas llegó a los 100,000.

De acuerdo a Hutchinson, el problema no se debe a que haya demasiadas carteleras, sino a la calidad del producto que se está ofreciendo.

“Hay carteleras de ‘pay per view’  que solo contienen una pelea de interés”, dijo.

En el boxeo, sin embargo, ocurre ambas cosas: hay demasiadas carteleras de ‘pay per view’ que ofrecen como combates estelares peleas que solo provocan un tibio interés entre la amplia fanaticada boxística y que tal vez ni interesarían mucho aunque se televisaran de gratis.

Entre estas estuvo, precisamente, la de Pacquiao con Ríos (ambos venían de perder sus últimos encuentros) y la de Canelo con El Perro (también los dos venían de perder).

Aparte de que resultaba muy dudosa la relevancia de Ríos o El Perro como peleadores de ‘pay per view’.

Pero también hay demasiadas carteleras de ‘pay per view’, punto.

Hay que recordar que en el boxeo se da igualmente la modalidad de ofrecer como programas de ‘pay-per-view’  carteleras de poca monta, casi de boxeo caliente, a precios de baratillo, actividad en la que han incurrido a veces algunos promotores locales.

Son programas que ni siquiera han conseguido el apoyo de la televisión a nivel de ESPN y Univisión, por lo que los promotores se corren el riesgo de cobrar por la transmisión, tal vez sabiendo que solo necesitan vender unos pocos miles de subscripciones para emparejar la cosa.

El resultado indirecto, sin embargo, es que el concepto del ‘pay per view’ continúa devaluándose.

Esto incluye, de hecho, el recurso promocional de ofrecer breves documentales tipo ‘reality show’  de los contendientes en las semanas que anteceden a sus peleas: lo que HBO llama 24/7 y Showtime, All Access.

Al principio probó ser un arma promocional extraordinaria: en el caso del 24/7 de HBO, este se remonta a la pelea de Oscar de la Hoya con Floyd Mayweather, Jr., la cual terminó imponiendo la marca de ventas de ‘pay per view’  (2.5 millones).

Pero ya hace tiempo se ha convertido en algo rutinario que ha perdido toda su novedad, incluyendo el relativamente decepcionante resultado económico de Pacquiao-Bradley II.

Lógico que pase: la ‘intimidad’ de Pacquiao o Juan Manuel Márquez ya cansa cuando uno las presencia por quinta vez.

Y no solo eso, la gran cantidad de carteleras de ‘pay per view’ de escaso atractivo ha provocado también que, según mi parecer, decaiga incluso la calidad de las carteleras transmitidas al público general de HBO o Showtime.

En cierto sentido solo eso pudiera explicar la cartelera que la Golden Boy Promotions de De la Hoya presentará el próximo sábado en el Barclays Center de Brooklyn, la cual será transmitida por Showtime.

En el choque estelar, el descendiente de boricuas, Danny García, peleará a 10 asaltos y en el peso welter -o, más bien, en un peso de 142 libras- con Rod Salka.

Originalmente, García, quien en su último combate consiguió en Bayamón una controvertida victoria sobre el mexicano Mauricio Herrera, tenía previsto exponer sus cetros junior welter de la AMB y el CMB. Pero Salka, con marca de 19-3 y tres nocauts, no aparece clasificado por ningún organismo y la AMB avisó que no sancionaría el combate, razón por la cual este se transformó en uno fuera del título.

Puede que termine siendo tremenda pelea -García suele ofrecerlas- pero, hace unos años, hubiera sido si acaso una pelea de ESPN… o de ESPN2.

Claro que el resto de la cartelera, que incluye una defensa titular de Lamont Peterson ante el boricua Edgar Santana, sí mejora el nivel del programa.

Pero lo cierto es que no hace mucho, las grandes estaciones de televisión descartaban algunas de las peleas mandatorias ordenadas por los organismos, considerando que eran contra retadores desconocidos y sin ningún interés para el fanático promedio.

Pero ahora son los organismos los que les ponen peros a los rivales sancionados por la televisión al considerarlos carentes de méritos: no pinta bien la cosa.

El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y publicó recientemente su primer libro, San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad.

(ceuyoyi@hotmail.com).

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