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Adiós a un gran hombre de boxeo



El pasado 14 de diciembre murió a la edad de 90 a؜ños el árbitro de boxeo Tony Pérez, quien, durante su larga carrera, que se extendió de 1968 a 2005, trabajó en numerosas peleas de título mundial de alto relieve, incluyendo a algunas de las más controversiales de la historia.
Aunque hay versiones de que nació en Puerto Rico, la oficial, aparecida en todas las notas sobre su muerte, es que era de ascendencia puertorriqueña.
Pese a que fue uno de los árbitros más activos de su época, a Pérez mayormente se le recuerda por dos grandes controversias.
La primera fue la pelea del 24 de marzo de 1975 en Richfield, Ohio, en la que Muhammad Ali retuvo sus cetros pesados de la AMB y el CMB -los únicos dos que existían entonces- al derrotar por decisión en 15 asaltos a un retador de pocos quilates, Chuck Wepner, quien entonces tenía marca de 31-9-2 y 12 nocauts.

Pérez observa a Ali atacando a Wepner.


Conocido como The Bayonne Bleeder -el ‘sangrador de Bayonne’ (Nueva Jersey)- por su propensidad a sangrar, Wepner perdió por puntos, 138-129, 136-129 y 135-130, pero demostró gran valentía y una renuencia total a darse por vencido a pesar de ser superado ampliamente por Ali.
Y tuvo su momento de esplendor en el noveno asalto, cuando pareció derribar a Ali con un golpe al pecho.
Las fotos de la pelea confirmaban, sin embargo, que, ya fuera por accidente y por malicia, Wepner, aunque en efecto conectó un golpe, había provocado la caída al pisar y pillarle un pie a Ali cuando este empezaba a retroceder.
Algo que Wepner negó después.
Pero, luego de la pelea, Ali estuvo inmisericorde, quejándose no tan solo de la caída, sino de que Pérez había permitido que Wepner le conectara numerosos golpes bajos.

 


En la entrevista post pelea, lo llamó “un perro sucio, un tipo que no es negro ni es blanco, que es puertorrique؜ño. Es más negro que blanco, pero está tratando de ser blanco”.
Al sentirse difamado, Pérez luego entabló una demanda por $20 millones contra Ali y la telecadena ABC, que transmitió la pelea, pero no tuvo éxito.
Sin embargo, la pelea, la personalidad de Wepner y lo ocurrido en la misma, inspiró a Sylvester Stallone para crear el personaje de Rocky Balboa.

 


Por otro lado, Pérez también fue el tercer hombre sobre el ring el 16 de junio de 1983 en el Madison Square Garden, cuando el puertorriqueño-neoyorquino Luis Resto le ganó por decisión y rompió el invicto al joven junior mediano Billy Collins, Jr., quien tenía marca de 14-0 y 11 y despuntaba como un gran prospecto.
De hecho, el rostro de Collins quedó desfigurado por los golpes, pero luego se descubrió que el entrenador de Resto, Panama Lewis, le había retirado casi toda la guata al interior de los guantes a su rival, por lo que Resto había estado pegándole prácticamente a mano pelada.
Quien detectó la falla fue el padre y entrenador de Collins, quien, sospechando algo, fue a estrecharle la mano a Resto como si lo estuviera felicitando, y se percató de que el guante estaba casi vacío.
A la larga, el resultado fue cambiado a ‘no contest’ y Resto y Lewis fueron hallados culpables por agresión con un arma (las manos de un boxeador), siendo condenados ambos a prisión, donde Resto cumplió tres años y Lewis seis.
Los dos fueron expulsados permanentemente del boxeo.

Tony Pérez y Don King le levantan las manos a un juvenil Julio César Chávez.

Collins, a quien se le prohibió volver a boxear por las heridas y fracturas en el rostro, se mató menos de un año después en un accidente automovilístico que, de acuerdo a su padre, pudo haber sido premeditado debido al alcoholismo en el que había caído por no poder seguir su carrera boxística.
Una tercera controversia, pero menor, fue la pelea en la que el campeón mediano Marvin Hagler retuvo su cetro en Las Vegas el 30 de marzo de 1984 al noquear en el décimo asalto al argentino Juan ‘Martillo’ Roldán.
En el primer asalto, Hagler pareció resbalar al lanzar un golpe, pero Pérez lo contó como caída… la única sufrida por Hagler en toda su carrera.
Pero Pérez, cuya esposa, Bárbara, fue juez de boxeo, también recibió elogios por su trabajo en otras célebres peleas: la última de Salvador Sánchez (ante Azumah Nelson), Chávez contra Rocky Lockridge, y la segunda de Ali y Frazier y la primera de Ali y Quarry.
Trabajó en total en 431 peleas, de acuerdo a boxrec.com, incluyendo combates de Wilfredo Gómez, Len Norton, Larry Holmes, Evander Holyfield, Carlos Monzón, Alexis Argüello y Roy Jones, Jr.

 


“Personalmente no lo conocí pero trabajé con su esposa Bárbara Perez”, dijo el veterano juez puertorriqueño Nelson Vázquez. “Observando su récord cómo árbitro y las peleas que trabajó, todas muy importante, debió estar en el Salón de la Fama”.
“Trabajó las peleas más importantes en ese tiempo: orgullo boricua”.
Por otro lado, el árbitro Roberto Ramírez, Jr., comentؚó: “Debe haber trabajado en más de 100 peleas de título mundial, cuando no existían los interinos. Tony era en esa época uno de los mejores árbitros en la forma en que se desplazaba sobre el cuadrilátero y no tenía miedo de tomar decisiones”.
“Viajé cuatro veces con Tony a Tailandia, Japón y Corea: tenía el genio volao, pero era un gran amigo”.
Ramírez, de paso, cree que Pérez nació “en el callejón San Ciprián, en Barrio Obrero” y después su familia se mudó a Nueva York y se crió en Brooklyn, “porque siempre se identificaba como puertorriqueño”.


El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad y de la novela El último kamikaze, ganadora del certamen del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2016.
(ceuyoyi@hotmail.com).
En twitter, Ceuyoyi, En Facebook, Jorge L. Prez





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