La reinvención del PPD
Todas las empresas tienen etapas de crecimiento. (1) Primero, nace la idea. (2) Segundo, la empresa crece. (3) Tercero, llega a un estado de madurez. Es en ese punto en donde hay dos posibles vías. La empresa puede quedarse haciendo lo que hace y morir o, por otro lado, tomar la vía de la reinvención y crecer nuevamente. El Partido Popular Democrático está en ese punto de madurez y le llegó la hora de decidir si se reinventa o muere.
Apliquemos las etapas arriba mencionadas al PPD.
(1) La idea nació en la mente de Luis Muñoz Marín y en 1938 se formaliza como el Partido Popular Democrático. En ese momento, la colectividad defendía la independencia; sin embargo, tuvo un cambio de ideología para promover la creación del Estado Libre Asociado.
(2) El PPD tuvo un crecimiento rampante, al nivel que en 1948, año en que por primera vez el pueblo elegiría a su gobernante, Luis Muñoz Marín, líder fundador de la colectividad obtuvo 61.2% de los votos. Así continuó este patrón hasta que en 1968 tuvo su primera derrota, debido a una división interna.
(3) Esta derrota hizo que el PPD cayera en su estado de madurez. Aunque perdió su poder hegemónico, se mantiene consistentemente volviendo al poder, como una de las dos fuerzas electorales más grandes de Puerto Rico.
Sin embargo, el estatus que aún defiende, ha sufrido varios golpes (entre ellos, el cese de las 936 y las decisiones recientes de la Corte Suprema de Estados Unidos); y recientemente sufrió un golpe mortal: la ley PROMESA. Esta pieza legislativa dejó a la colonia al desnudo. Siete funcionarios NO ELECTOS por el pueblo de Puerto Rico deciden lo que sucede con la Universidad de Puerto Rico, las pensiones, los sistemas de salud, entre otras cosas vitales para nuestro desarrollo como pueblo.
Gracias a este HECHO (que, lamentablemente para la colectividad, algunos confunden con opinión) al PPD le llegó esa fase tan tediosa y molestosa, tanto para los partidos como para las empresas: o se reinventa o muere.
Desde mi perspectiva, como soberanista, el camino de la reinvención está en una asociación voluntaria de nuestro país, fuera de la cláusula territorial, a través de la Libre Asociación. Sería un tratado entre nuestra isla y Estados Unidos, en el que se tomen en cuenta los 119 años de relación histórica entre los dos países.
Mirando al futuro, ese en que ya no existe el Estado Libre Asociado, sería políticamente lo más conveniente para un Partido de centro, como el PPD. En próximos blogs abundaré sobre el tema.
Por otro lado, está el camino de la muerte. Ese que defiende el status quo sin darse cuenta que los hechos prueban que el Estado Libre Asociado es una colonia. Ese que aún sigue con el discurso de lo mejor de los dos mundos, sin percatarse que la historia nos trajo a lo peor.
El Partido se juega su vida, de camino al 11 de junio. O se reinventa, o muere.
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