Los cimientos de los Estados Unidos de América (EEUU) son sus valores de democracia, libertad y respeto a los derechos humanos. Estos valores y principios han sido lapidados a nombre de una guerra global contra el terror que ha traído tortura, y tratos inhumanos y degradantes a miles de detenidos que desde el 9/11 han sido capturados y secuestrados por los EEUU en decenas de países, en especial Afganistán e Irak, y que se encuentran en un diseñado y macabro “limbo jurídico”.

Ojalá pudiéramos creer que los actos de tortura que se cometen en los centros de detención administrados por el gobierno norteamericano, en especial en Guantánamo, son accidentes aislados. La regularidad, y al parecer sistematización de estos “accidentes”, merecen la vergüenza mundial al ser una burla a las normas internacionales de respeto a los derechos humanos. Los simulacros de ejecuciones, las vejaciones sexuales, y el uso de perros durante interrogatorios son sólo algunos ejemplos de los “accidentes aislados” que ocurren día a día en los “gulag” o “campos de concentración” norteamericanos.

Este panorama de desasosiego e incertidumbre empeora aún más cuando los EEUU y el mundo enfrentan amenazas a la paz, seguridad, y respeto a los derechos humanos, peores que la inestabilidad e inseguridad que existe en Irak, Libia, Siria y Afganistán. Hoy día, las principales amenazas de la humanidad son la proliferación de armas nucleares, el resurgimiento de enfermedades que se creían erradicadas como el polio, el ébola, el cambio climático y el aumento de la pobreza mundial. Lamentablemente, los EEUU ha demostrado que solo puede ocuparse de una amenaza a la vez, y mientras toda su atención y recursos son destinados a Irak y Afganistán, las verdaderas amenazas son desatendidas incrementando así la inestabilidad mundial.

Afortunadamente, la mayoría del pueblo norteamericano comienza a reconocer que su país se encuentra en una crisis que nunca imaginó estar. La existencia del déficit presupuestario más grande de la historia, el convencimiento de la incapacidad del gobierno norteamericano de continuar la lucha contra el terrorismo, y el reconocimiento de que la presencia norteamericana en Irak y Afganistán continuará por muchos años, han despertado súbitamente a una nación de su sueño americano.

Los EEUU debe ser rescatado de tal confusión y oscuridad, comenzando por el cierre inmediato del centro de detención en Guantánamo, Cuba. Sin lugar a dudas, su cierre va a mejorar la imagen y reputación internacional de los norteamericanos. Igualmente, es imperativo que se investiguen y se adjudiquen responsabilidades por los actos de tortura ocurridos en todos los centros de detención norteamericanos a través del mundo. No deben ser estas las únicas medidas que se deben tomar, los EEUU debe ejemplificar y apoyar la democracia sin querer imponerla, tomando en cuenta los intereses de las demás naciones respetando a su vez los derechos humanos en cada acto de lucha contra el terrorismo, y realizando una campaña humanitaria genuina en cada rincón de nuestro planeta.