Blogs: El Internacionalista

Internacionales

El Internacionalista

Por
💬

El desbloqueo de Cuba

Cuba experimenta la ideal transición. Luego de décadas de incertidumbre sobre cómo sería la salida de Fidel Castro del poder somos testigos de una perfecta transición en que el pueblo cubano y el mundo se acostumbran a su ausencia.

Los Estados Unidos (EE.UU.) temen que la transición cubana sea hacia la inestabilidad. Afortunadamente, considero poco probable que un cambio radical y súbito. La revolución cubana antes de marxista es nacionalista por lo que tiene un apoyo importante. Igualmente, existe el convencimiento que la revolución, a pesar de sus defectos, ha alcanzado logros que todos los cubanos desean preservar. Igualmente, ante la amenaza del reclamo de propiedades e indemnizaciones por parte del exilio, el pueblo cubano se aferraría a la revolución.

De todos los escenarios futuros posibles, el control político con apertura económica es el más factible y conveniente. Bajo este escenario de estabilidad política y social acompañado con medidas de apertura económica, permitirán una clima propicio para las inversiones por lo que EE.UU. probablemente suspenderá muy pronto el bloqueo económico, total o parcialmente, y la isla caribeña será un centro importante para la inversión norteamericana. Aunque suene contradictorio, Cuba se convertiría en un régimen marxista con una economía capitalista al ejemplo de China o Vietnam, pero sin sus errores, lo que es una ventaja.

Una apertura de la economía cubana no debe interpretarse por ningún motivo como un síntoma de debilidad o una apertura política. Cuba no pretende cometer los mismos errores de China y el bloque soviético. Los cubanos están decididos a mantener el control económico y político, pues es la única manera de mantener viva la revolución.

Si Cuba logra dar continuidad acompañado con una gradual apertura económica, Cuba gozará de estabilidad que hará propicia la inversión extranjera. No hay la menor duda que la isla caribeña sobrepasa las condiciones idóneas que todo capitalista desearía para invertir: baja criminalidad, recursos humanos baratos, ilimitados, educados, saludable y de gran profesionalismo, salud y educación universal, estabilidad política, un sector turístico boyante, entre otros. Los sectores que recibirán la mayor oleada de inversiones serán el turismo, la infraestructura, la minería y las comunicaciones. No tengo la menor duda de que si la economía cubana continúa su crecimiento y éxito, la futura muerte de Fidel Castro tendrá poco efecto en propiciar cambios dramáticos.

Muchas conjeturas se realizan diariamente sobre cuál es la posición norteamericana. Tengo muy claro, lo que a los EE.UU. le interesa es un ambiente propicio y garantías para las inversiones norteamericanas. No desean por ningún concepto una Cuba inestable política y económicamente pues alejaría las inversiones. Luego de décadas de espera, el capital norteamericano no desea aventuras políticas con un futuro incierto. En este sentido, los EE.UU. están en la mejor disposición de aceptar una Cuba con apertura económica al estilo chino. Actualmente, existe en los EE.UU. un ambiente favorable al desbloqueo de Cuba. Los elogios norteamericanos hacia Cuba por su admirable y ejemplar lucha contra el Ébola en África, y ya pasadas las elecciones legislativas norteamericanas, parecen allanar el camino hacia la apertura y reconciliación económica entre ambas naciones.

Una apertura de la economía cubana a la inversión norteamericana, por paulatina que sea, tendrá una repercusión en la puertorriqueña. De más está decir que Puerto Rico no está preparado para una eventual competencia cubana en la atracción de inversiones. Puerto Rico, y otros países caribeños, se beneficiaron del bloque norteamericano a la isla de Cuba en especial en la industria de la azúcar de caña y el turismo. Más trágico aún es el que la economía puertorriqueña está diseñadas como si el bloqueo continuará por siempre. Parecería que la continuidad del bloqueo a Cuba de forma indefinida sirve al interés de Puerto Rico y otros. Cuando el desbloqueo ocurra, una oleada de inversiones norteamericanas, que llevan décadas a la espera, invadirán a Cuba. En consecuencia habrá una importante disminución de inversiones norteamericanas y ayudas para Puerto Rico. Se espera que los EE.UU. se convierta el principal socio comercial de Cuba por encima incluso de Canadá y España.

Habrá un renacer norteamericano en la región pero concentrado en Cuba lo que implicará en efectos reales a un desinterés aún mayor de los EE.UU. en Puerto Rico. Es un secreto a voces que los EE.UU. no tiene una política exterior hacia la región caribeña coherente y definida. La política exterior norteamericana hacia la región se convertirá en una relación económica bilateral entre los EE.UU. y Cuba.

Ante el desbloqueo de Cuba, el caso puertorriqueño es dramático y grave. Nuestra subordinación política a los EE.UU., mantiene al País sin las herramientas necesarias para encaminar nuestro desarrollo económico y social a través de nuestra inserción en la Globalización. Es de esperar que Puerto Rico sea la economía de la región que más sufra las consecuencias negativas de una normalización de las relaciones económicas entre Cuba y los EE.UU. Si los EE.UU. desbloquea a Cuba sin antes otorgar los poderes políticos necesarios, dígase  la soberanía, Puerto Rico se encontrará en una desventaja competitiva que podría propiciar más incertidumbre desasosiego que el actual.

La decisión final norteamericana sobre el desbloqueo de Cuba está estrechamente vinculado al futuro de Puerto Rico. Por tal motivo, es imperativo que los puertorriqueños diseñen y adopten una estrategia común antes que se precipiten nuevos acontecimientos en Cuba. No hay la menor duda de que Puerto Rico se enfrenta a una situación de supervivencia.

💬Ver comentarios