Continuamente escucho historias de personas que han tenido un “dejå vu”, o esa rara sensación de que ya han vivido algo, pero no saben donde o cuando. La ciencia opina que esos episodios pueden deberse a fallas en la forma en que el cerebro procesa la información que recibe. La verdad es que todavía no podemos definir que es un “dejå vu”,  que en francés significa “ya vivido”. Este término francés lo acuñó el Dr. Emilie Boirac (Francia, 1851-1917), para describir ese “corrientazo” que nos estremece el cuerpo cuando sentimos que lo que estamos viviendo ya lo hemos vivido antes.

El deja vu es un fenómeno que envuelve la emoción, el conocimiento y los sentimientos, y puede durar segundos o minutos. San Agustín lo llamaba “la falsa memoria” y la medicina moderna lo ve como una alteración momentánea de la conciencia causada por un ataque menor del lóbulo temporal del cerebro.

Según los creyentes en la reencarnación, el deja vu confirma que nadie esta en este mundo por primera vez. Sin embargo, la física moderna afirma que el tiempo se mueve en círculos espirales y no en línea horizontal ni vertical. Siendo así, los deja vu podrían ser la prueba de que nos movemos en estos espirales del tiempo y así logramos entrar y salir de universos múltiples.  En otras palabras, que nuestro espíritu es capaz de absorber conocimientos de eventos que han ocurrido o están por ocurrir en otros espacios de conciencia e imprimirlos en nuestro subconsciente.  Y de nuestro subconsciente emergen cuando menos lo pensamos. Si no fuera así, sería prácticamente imposible explicar las experiencias tan reales que vivimos durante nuestros sueños o las visión detalladas que tenemos de un evento futuro.

Tener un deja vu es una experiencia bastante común y frecuente.  Entre un 30% y un 96% de las poblaciones mundiales lo han experimentado. Existe una incidencia mayor entre los niños, sin diferencia de sexo.  También se ha comprobado que el deja vu es mas frecuente en personas que sufren desórdenes psicopatoløgicos y algunos síndromes cerebrales de tipo orgánico, como la epilepsia. Las causas no patológicas incluyen factores predispositivos como la fatiga, el estrés agudo o la enfermedad, sin descontar el consumo de alcohol y drogas.

También se estudia la teoría de que el deja vu se produzca cuando hay un retraso en la transferencia de información de un hemisferio del cerebro al otro,  Normalmente este paso de información toma apenas unos pocos milisegundos y ni lo notamos. Pero si se retrasa 100 mili segundos por minuto, el hemisferio dominado recibe la información dos veces produciéndonos esa sensación de que ya hemos vivido esa experiencia sin poder localizar el evento en la memoria.

En cualquier caso, puede que el intento de explicar al deja vu como memoria perdida, vidas pasadas, clarividencia y demás no sea el definitivo. Tampoco lo son los factores neuroquîmicos en el cerebro.  Creo que debemos estudiar todos porque todos son válidos. Y mientras buscamos la respuesta definitiva, seguiremos experimentando los deja vu cuando menos lo pensemos.  ¡A tu juicio lo dejo y espero tu opinión, con amor!

Virginia

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